tres poemas
Lo más dulce
Nada es más dulce que el amor. Las demás alegrías
son secundarias; hasta la miel rechazo de mi boca.
Así habla Nosis: aquél a quien Cipris no ha amado
no conoce qué rosas son sus flores.
~
Hédilo
In vino veritas
El vino y unos brindis muy traidores tumbaron a Aglaonice
(también el amor tierno de Nicágoras).
Y sus prendas, rociadas de perfume -los húmedos despojos
de unos deseos nuevos- son ya ofrendas a Cipris:
las sandalias, las bandas delicadas que desnudó del pecho,
testimonios de un sueño y de los vehementes abrazos de aquel
día.
~
Calímaco
Conjuros contra Eros
Qué buen encantamiento descubrió Polifemo
para el enamorado. Por la Tierra, que no era tonto el cíclope.
Las Musas, sí, Filipo, la pasión debilitan:
su técnica es la droga que todo lo remedia.
El hambre y el poema son la única terapia
-creo yo- para el mal: extirpa la dolencia
de querer a los chicos… Puedo decirle a Eros
muy tranquilo: -Niñato, córtate ya las alas.
Ni una pizca te temo porque tengo en mi casa
conjuros de dos clases para tus golpes crueles.
***
(Fuente: La comparecencia infinita)
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