lunes, 20 de febrero de 2023

Mario Arteca (La Plata, Argentina, 1960)

 

SOMBRAS AL AMANECER

“Tan sólo ten cuidado con los osos y lobos que la frecuentan
y la sombra que se acerca cuando esperas el amanecer.”
“Ignorance of the Law is No Excuse” (2005), John Ashbery
 
*
Eduardo Falcón nació rencoroso, aunque después murió
con el mismo punto suspensivo con el que asomó al mundo.
Se dice que dejó este nicho de abedules sin plantar, desnudo;
abedules o fresnos, tilos o plátanos, aunque tal vez pudiera
tratarse de paraísos, sin duda ejemplares algo más poéticos
para estas regiones desprovistas de belleza. Su larga existencia
es un resumen en sí mismo, un apunte de seminario de posgrado
hecho a las apuradas. Casó muy joven y debutó en la vida
como ingeniero de sonido, hecho que lo marcó para el resto
de sus días, afianzando su tendencia a abrazar la sordera.
Cocinaba poco y comía menos; amó lo que pudo y fue
más tarde correspondido con la misma escasez con la que
quiso imponer la demanda sobre la oferta. Todo terminó
en la calle, o dormido bajo un árbol repleto de moras
de la esquina de la calle 43 y 31, mientras el tren provincial
silbaba sus últimos pasos aplastando monedas regidas
por la Ley 18.188, sacrificadas por el tedio de las tardes
sin que se escuche el voceo cansado del heladero de Laponia,
por las calles semi-asfaltadas del desértico barrio de La Loma.
Pero, Eduardo Falcón, ¿no te había mandado a freír pescados
ya fritos? ¿Entendiste mal el mensaje, o sólo obedecés
la ley de la moneda aplastada por una formación a punto
de perder su destino, debido a una antigua reforma
ocupada en quedarse? ¿Por qué aparecés justamente
ahora cuando no te esperábamos, en ese estado de pupilo
fugado entre las sombras de un cuadro familiar obnubilado
por las telarañas? “A este tipo se le ve el plumero a la distancia”,
decías, pero no avanzabas mucho más sobre él, porque siendo
como era un hombre dedicado a desmantelar el sonido, éste
se fragmentaba lo mismo que esquirlas de un artefacto vencido,
como un pensamiento nocturno que asoma exhausto y hostil,
al mismo tiempo que anuncia lo que somos o dejamos de ser. 
 
20 de febrero de 2023

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