Pasada la medianoche
Pasada
la medianoche la ciudad presenta su aspecto habitual si exceptuamos que
recorren las aceras en todas direcciones un gran número de ruedas de
bicicletas veladas, que van de tres en fondo la del medio erguida sobre
su eje mayor mientras las otras dos tienen su centro de gravedad más
abajo e inversamente ese silbido peculiar de los relojes cuando la casa
está por incendiarse las acompaña no siendo uno de los menores encantos
del espectáculo que yo contemplo solitario sentado sobre un montón de
adoquines lo que me evita las complicaciones de la cortesía No se puede
juzgar un edificio sin demolerlo El musgo cabalga las casas
Jean-Jacques Mayoux en Trainoir (1935), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. y trad. de Aldo Pellegrini).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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