domingo, 17 de septiembre de 2023

Pablo Anania (Rosario, Argentina, 1942)

 

UN VASO VACÍO

 


No deberías insistir con tu escritura.
Es como la muerte, reina de los espantos.
El lenguaje, la escritura, la finitud.
Como el avaro de Spinoza, ¿no arrojarías
al mar tus riquezas para evitarla?
 
No deberías insistir con tu escritura.
Al mar, al río, a la espesura, no arrojes
el poema. ¿Quién sabe? Tal vez perdure
la memoria en ese más allá incierto
de lo escrito. Oh poema, poema, poema,
dame un consuelo: ¿qué serás ahora? 
 
Ah, hablemos de los muertos. Los muertos
no están jamás en su sitio. En tu mente, impúdicos,
aborrecen el aspecto de tus ropas carnales. 
 
No deberías insistir con tu escritura.
Sono tornato là dove non ero mai stato.
Nulla, da come non fu, è mutato.
Viven los muertos totalmente olvidados.
 
Muertos. Sul tavolo (sull’incerato
a quadretti) ammezzato
ho ritrovato il bicchiere
mai riempito. Tutto
è ancora rimasto quale
mai l’avevo lasciato.
 
Un hombre sin su vaso de vino
es un espanto. El ardiente suspiro,
la meditación metafísica, las supuestas
revelaciones místicas, los falsos misterios,
las funciones lingüísticas, los amores
perdidos, no diferencian a los vivos
de los muertos. No deberías insistir
con tu escritura. El esqueleto de un bardo,
su poema vaciado, sus huesos sueltos,
las malditas metáforas, los sonetos antiguos,
cualquiera sea el modo de destrucción
de la carne que hayas elegido, cualquiera
el modo más cruel de hacer morir la materia
viva de tu alma, sólo ha de demorar
la escritura hasta romperte. 
 
No deberías insistir con tu escritura.
En el descampado, sin nada que decir,
sin ninguna experiencia de lenguaje,
sin voz, tu poesía deja de ser conciencia
inmediata. Es en tu mesa otro vaso
vacío que nadie ha llenado.
 
¿No es así la maliciosa infinitud que nada
te permite apreciar y nunca nadie alcanza
aquello hacia donde cree que va?
 
 
Nota: El texto en italiano pertenece al poeta Giorgio Caproni.
 
 
(Fuente: Alicia Silva Rey)

No hay comentarios:

Publicar un comentario