Soneto para Paula
digas: “El cazador, el silencioso…”
te he de explicar por qué no maté al oso
cuando tu voz ansiosa lo exigiera.
Primero, yo no mato en primavera;
segundo, en el invierno duerme el oso,
tercero, en el verano es tan gracioso
que no puedo matarlo aunque quisiera.
Por eso, Paula, quiero que te acuerdes
de un viejo cazador con ojos verdes
que dejó su fusil y su cuchillo
para contarte una pequeña historia
sin oso, sin angustia y sin memoria,
un cuento nada más, claro y sencillo
(Fuente: Raúl Orlando Artola)
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