Llegar a esto
Hicimos lo que se nos dio la gana. Nos libramos de sueños, prefiriendo la industria pesada de cada uno, y le abrimos las puertas al dolor y al hábito imposible de quebrar lo bautizamos “ruina”. Ahora estamos acá. Está lista la cena y no podemos comer. La carne está apoyada sobre ese lago blanco que es el plato. El vino espera. Llegar a esto tiene sus recompensas: nada se nos promete y nada se nos quita. Y no tenemos corazón ni nada que nos salve, ningún lugar adonde ir, ni tampoco razón para quedarnos.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib
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