Cándida
estoy pensando ponerme yogur frío
en la segunda boca.
una página de internet que se llama remedios caseros toda la vida
dice que ayuda a combatir la candidiasis
pero el pote sin abrir de ka serenísima
que tengo en la heladera venció ayer.
leí que una mujer hizo pan de masa madre
con su propia flora vaginal & el pan levó
pero no tenía el gustito agrio que debe tener
la masa madre, me gustaría tragarme
una parte de mi cuerpo, canibalizarme a mí misma
en mí misma: tal vez me saldría el pelo más fuerte
y tendría las muñecas más finas, delicadas. digo delicadas
pero quiero decir inmaculadas, limpias.
una quemadura de cigarrillo en la derecha, una cicatriz borrosa
en la izquierda. Cuando era chica aprendí a bañarme sola
en la ducha de mis padres. Me subí al borde
diseñado para poner el pie al afeitarse o para el sexo,
traté de agarrar el jabón & me resbalé, me corté
la muñeca con la gillette de mi papá. Grité
para llamar a mi mamá que pensó que se me había metido shampoo
en los ojos de nuevo. Me dijo que me enjuagase con agua. grité
sangre. Seguí gritando & vino a socorrerme.
me socorrió. mi amante me pregunta
si me quiero sentar en su cara, si quiero que me coma con su boca
mi boca que no come & le digo que no.
le digo que siento que la vulva me late de calor
pero no como él quiere. meto la mano en la bombacha
de algodón negro, las de encaje juntan polvo
en un cajón porque todo el mundo sabe
que hay que usar algodón:
te deja respirar: estoy hinchada, no necesito mirar
para saber que está roja. & de nuevo le echo la culpa a mi mamá
porque ella es un orificio de salida & yo soy la bala,
o la pistola, o la bala & la pistola.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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