martes, 19 de septiembre de 2023

Eloisa Amezcua (EEUU)

 

Cándida

 

estoy pensando ponerme yogur frío

en la segunda boca.

una página de internet que se llama remedios caseros toda la vida

dice que ayuda a combatir la candidiasis

pero el pote sin abrir de ka serenísima

que tengo en la heladera venció ayer.

leí que una mujer hizo pan de masa madre

con su propia flora vaginal & el pan levó

pero no tenía el gustito agrio que debe tener

la masa madre, me gustaría tragarme

una parte de mi cuerpo, canibalizarme a mí misma

en mí misma: tal vez me saldría el pelo más fuerte

y tendría las muñecas más finas, delicadas. digo delicadas

pero quiero decir inmaculadas, limpias.

una quemadura de cigarrillo en la derecha, una cicatriz borrosa

en la izquierda. Cuando era chica aprendí a bañarme sola

en la ducha de mis padres. Me subí al borde

diseñado para poner el pie al afeitarse o para el sexo,

traté de agarrar el jabón & me resbalé, me corté

la muñeca con la gillette de mi papá. Grité

para llamar a mi mamá que pensó que se me había metido shampoo

en los ojos de nuevo. Me dijo que me enjuagase con agua. grité

sangre. Seguí gritando & vino a socorrerme.

me socorrió. mi amante me pregunta

si me quiero sentar en su cara, si quiero que me coma con su boca

mi boca que no come & le digo que no.

le digo que siento que la vulva me late de calor

pero no como él quiere. meto la mano en la bombacha

de algodón negro, las de encaje juntan polvo

en un cajón porque todo el mundo sabe

que hay que usar algodón:

te deja respirar: estoy hinchada, no necesito mirar

para saber que está roja. & de nuevo le echo la culpa a mi mamá

porque ella es un orificio de salida & yo soy la bala,

o la pistola, o la bala & la pistola.

 

  Traducción de Ezequiel Zaidenwerg



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