BESAR EN VIETNAMITA
(Del libro El eco de este ardid, 1999)
Spwrow*
¿Este es el pueblo? Este es un pueblo.
Este es un viaje por la vertiente, teniendo de presente
los objetivos que nos hemos tomado al proponernos
un viaje por el imposible hacedor de la imaginación:
Desciendo amotinado
queriendo ser la estrella de la noche
en el carnaval dionisíaco de los marcianos,
de las imprecisas fiestas, después de tomar el té
de 100 hierbas, justo para remontarnos al coro de las dudas.
Las visiones de la razón y de la locura, insolentes
aplazan el sueño, todos gritan con el aliento descodificado.
Los suicidas de turno, manejan el avaro deseo de la pérdida.
Todos sin lengua son nacionalistas: Viva Colombia, Viva Puerto
Rico, Viva la India.
Un corazón de cristales, al que se postran para iniciar la maratón,
y con la caridad hazañosa de los usos textiles del algodón, remiten
al poder del otro día el origen sin profetas, del barco, de Las Cicladas,
de la niñez hasta de los perros, que acariciamos con maestría.
*
*Grafitti
(Fuente: Festival de poesía de Medellín.org)
la alternancia
entre
la dependencia
y
la autosuficiencia
genera
un equilibrio
que resulta
en absoluta
soledad
***
hoy la ha despertado
su propio ronquido
y pensó que era él
junto a ella de nuevo
***
es todo tan diferente
que llega a
parecerse
***
esas noches
que no pasas conmigo
son a veces
más propensas al goce
que otras tantas
respiro hondo
cierro los ojos
se detiene mi mente
en cada parte
de tu cuerpo
esas noches
que no pasas conmigo
estás a mi lado
tan quieto
y silencioso
esas noches
que pasas a mi lado
y aún hoy me sorprenden
reclamo que se alarguen
en el tiempo
y que al goce efímero
siga el abrazo
en que te vence el sueño
esas noches
que pasas a mi lado
me desvelan
por el roce de tu aroma
ávida te miro
y celebro en regocijo
cada parte de tu cuerpo
te miro largamente
y me ensimisma
tu espléndido desnudo
me aproximo lentamente
y ciño mi vientre
a la suavidad convexa de tu espalda
con precisión matemática
te beso en cada micra
tú te mueves y te arropas
me tocas con la mano
entrelazas tus piernas
con las mías
yo te beso de nuevo y pienso
que tal vez no me importe
que mañana
no amanezca
quédate
con tu vida ficcionada en el intento
con tu casa de hipoteca interminable
con tu esposa que te pega y que te insulta
con tu sueño elaborado en internet
quédate
con tu hijo y su sonrisa de ángel pillo
con sus juegos abortados por tus cuitas
con tus sueños de pajero extenuado
con mentiras compartidas tras los chats
cuídate
de deseos incumplidos de un verano
de su vuelta en fantasmas del invierno
de aguijones que te pinchan las entrañas
de mentiras contrapuestas con verdades
cuídate
de tu vida ficcionada y de sus gentes
de tu esposa y de sus celos que te atrapan
de la efímera sonrisa de tu hijo
de las frases con final inacabado
mientras yo
mato el frío de mi cama a puñetazos
y pienso convencida en que tampoco
necesitas tanto rollo de desgracias
para echar de vez en cuando un polvo bueno
con quien nada quiere y nada te reclama
Catatónico Amor. Ed. Esdrújula. 2022
(Fuente: Voces del extremo)
En lo más profundo, en los sótanos.
Ocultas ahí, en el mapa del Olvido,
las mujeres. Tuniquillas azafranadas,
perfumes, zapatillas, enaguas transparentes,
las dioscuras que en mi mente danzan.
Unas de hermosas tetas, algunas depiladas.
Nudas sin mala hierba en sus llanuras tersas,
otras lanudas, esa de pelvis rara, aquella
con su pelambre hirsuta negra; ésta, humilde
como un lirio del campo. No serán músculo
ni alabarda. No serán cariátides trágicas,
quizás seres bifrontes, antagonistas del fuego
y del estío, hembras salvajes con rostros
de serpiente, cabezas de leonas y pezuñas
de cabras, no hembras dominantes, sólo
la materia bruta y desnuda del poema
de una animal femínea. ¿Acaso podrá
alguien detenerlas cuando hoy ellas, sólo
ellas guardan y protegen con su mano
izquierda el corazón sangrante
de Evita montonera?
* Pablo Ananía: Nació en Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Ensayista, poeta y periodista. Residió en México, Costa Rica y España. Vive actualmente en Buenos Aires, Argentina. Libros publicados: Tontas preocupaciones (Editorial Vos, Buenos Aires, 1963), Ciudad Irreal (Editorial Ambigua Selva, Buenos Aires, 1987), La comedia continua (Editorial Ambigua Selva, Buenos Aires, 1989), Pensar sin pensar (Editorial Ambigua Selva, Buenos Aires, 1992), Más milagro que muerte (Editorial Ambigua Selva, Buenos Aires, 1994), Hemos construido este país desde el principio al fin equivocados (Editorial Ambigua Selva, Buenos Aires, 1999),
(Fuente: Blog del amasijo)
Hojas indistinguibles hechas pasta
por la lluvia y las suelas. En el porche,
una babosa trepa sin notarnos
por la pared descascarada. Adentro,
la luz por las persianas bajas pinta
un claroscuro, el de la intimidad
interrumpida de una casa en torno
a la mesa vacía. En el reloj
de la pared una langosta ríe
pintada, y da la hora de una época
que aparece y se aleja como ondas
de un lago. ¿Quién, y cuándo,
tiró la última piedra. No volvimos
a este pueblo, a esta casa, a los tablones
de esta mesa de roble a responder,
ni a ser la piedra que nos apuntale
o nos hunda del todo. Nos sentamos
a la mesa. Sorbemos, deglutimos
materia frita. Si los robles crecen
y expanden sus anillos abrazándolos
a un centro que se achica, vos y yo
crecimos al revés. En el otoño
de nuestro descontento, caminemos
otra vez por los médanos: las botas
se entierran en la arena, el viento raspa
las mejillas. Vayamos de la mano
al bosque, a ver los pinos, que se yerguen
orgullosos, el uno junto al otro,
y siembran en el suelo agujas secas.
Trad. Ezequiel Zaidenwerg
Cuidadosamente colocado en el futuro,
lo hace ladear la brisa, zarpa y se aleja,
frágil criatura de palabras, este enamorado.
Si lo encontrás encallado entre los juncos,
su mensaje un borrón, me alcanza con saber
que lo tenés un instante en la mano.
Versión de Ezequiel Zaidenwerg
.
ALAS ROTAS
Hay vientos que en la noche
Arrastran viejas fotografías.
No solo caen las hojas secas.
Se llevan todo lo que encuentran.
Hoy vi a un hombre en la plaza
recogiendo pájaros muertos.
El viento también quiebra las alas
de casi todo lo que vuela.
OLVIDOS
Siempre llega el día del olvido.
Jamás lo anotas en ninguna agenda.
No hay desengaño que no sea pasajero.
Tu propia memoria lo entierra en el tiempo.
PUNTO Y APARTE
Te delata tu propia letra,
ese espejo de vocales y consonantes
en el que tratas de esconderte a diario
como los niños cuando cierran los ojos.
Tú crees que estás cerrando tus ojos cuando escribes
y nosotros encontramos tu alma desnuda entre tus trazos,
ese espacio en blanco que queda siempre entre dos palabras
o que se suicida en silencio desde cualquier punto y aparte.
Los poemas seleccionados pertenecen al libro “La extraña suerte”
(Fuente: Aire nuestro)