jueves, 31 de diciembre de 2020

Umberto Saba (Trieste, Italia, 1883 - 1957)

 

 

DESPEDIDA

Vosotros lo sabéis, amigos, y yo lo sé.

También los versos se parecen a las pompas

de jabón; una sube y otra no.

 

COMMIATO

Voi lo sapete, amici, ed io lo so.

Anche i versi somigliano alle bolle

di sapone; una sale e un’altra no.

 


 

LA GATA

Tu gatita ha adelgazado.
No tiene otro mal que el amor:
mal que a tus cuidados la consagra.

¿No sientes una atribulada ternura?
¿No la sientes vibrar como un corazón
con tus caricias?
A mis ojos es tan perfecta
como tú, tu salvaje gata,
pero como tú muchacha
y enamorada, que siempre buscabas,
que sin paz aquí y allá merodeabas,
de la que todos decían: “Está loca”.

Es como tú muchacha.

 

 

LA GATTA

La tua gattina è diventata magra.
Altro male non è il suo che d’amore:
male che alle tue cure la consacra.

Non provi un’accorata tenerezza?
Non la senti vibrare come un cuore
sotto alla tua carezza?
Ai miei occhi è perfetta
come te questa tua selvaggia gatta,
ma come te ragazza
e innamorata, che sempre cercavi,
che senza pace qua e là t’aggiravi,
che tutti dicevano: “È pazza”.

È come te ragazza.



 

LA CABRA

Le he hablado a una cabra.
Estaba sola en el prado, y atada.
Saciada de hierba, mojada
por la lluvia, balaba.

Aquel monótono balido fraternizaba
con mi dolor. Y yo le respondí, primero
en broma, luego porque el dolor es eterno,
tiene una sola voz y no varía.
Esta voz la oía
gemir en una cabra solitaria.

En una cabra de rostro semita
oía quejarse todos los males,
todas las vidas.

 

LA CAPRA

Ho parlato a una capra.
Era sola sul prato, era legata.
Sazia d’erba, bagnata
dalla pioggia, belava.

Quell’uguale belato era fraterno
al mio dolore. Ed io risposi, prima
per celia, poi perché il dolore è eterno,
ha una voce e non varia.
Questa voce sentiva
gemere in una capra solitaria.

In una capra dal viso semita
sentiva querelarsi ogni altro male,
ogni altra vita.



EL ARBOLITO

Hoy el tiempo es lluvioso.
Semeja el día un atardecer,
semeja la primavera
un otoño, y un gran viento devasta
el arbolito, que está –y no lo parece– firme;
parece entre las plantas un jovencito demasiado
alto para su demasiado verde edad.
Tú lo miras. Te apiadas
quizá de todas esas cándidas flores
que el bóreas le arrebata; y son frutas,
son dulces conservas
para el invierno esas flores que entre las hierbas
caen. Y se compadece tu vasta
maternidad.

 

L’ARBOSCELLO

Oggi il tempo è di pioggia.
Sembra il giorno una sera,
sembra la primavera
un autunno, ed un gran vento devasta
l’arboscello che sta –e non pare– saldo;
par tra le piante un giovanetto alto
troppo per la sua troppo verde età.
Tu lo guardi. Hai pietà
forse di tutti quei candidi fiori
che la bora gli toglie; e sono frutta,
sono dolci conserve
per l’inverno quei fiori che tra l’erbe
cadono. E se ne duole la tua vasta
maternità.



MÁS SOLOS

Llegamos donde se encuentra el mar,
con playas solitarias, olas turquesas.
Desde los dos arsenales, desde tantos talleres,
desde Trieste que nos agrada atravesar

por entero al retorno, cada vez más alejados,
y más nuestros, en más desierto litoral.
Sobre un escollo en el rojo atardecer
sentados juntos, no la abandonaba
con la mirada, sino que siempre la sumergía,
cada vez más en vano en sus extraños ojos
de luna que entre las nubes viaja;
mientras en torno a un alma salvaje
y a una bella persona me afano,
¡quién sabe adónde van sus pensamientos!

Desde una nave entre otras muchas fondeada
llegó una fanfarria y se expandió;
en sus ojos una lágrima se encendió,
resplandeció sobre la mejilla sonrojada.

 

PIÙ SOLI

Giungemmo dove si ritrova il mare,
con spiagge solitarie, onde turchine.
Dai due arsenali, da tante officine,
da Trieste che amiamo attraversare

tutta al ritorno, sempre più lontani,
e più nostri, in più deserta riviera.
Sopra uno scoglio nella rossa sera
seduti accanto, non l’abbandonavo
con lo sguardo, ma sempre l’affondavo,
sempre più invano nei suoi occhi strani
di luna che tra le nubi viaggia;
che mentre intorno a un’anima selvaggia
e ad una bella persona m’affanno,
i suoi pensieri chi sa dove vanno!

Da una nave tra molte altre ormeggiata
venne un suon di fanfara e si distese;
nei suoi occhi una lacrima s’accese,
rifulse sulla guancia imporporata.

 



Trad. Carlos Vitale



(Fuente: Las nueve musas)

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