martes, 22 de diciembre de 2020

Carlos Gurgel (Brasil, 1954)

 

 


 

A LO LARGO DEL TIEMPO

 

a lo largo del tiempo

preparamos tempestades, fugas

festejamos madurez, conciencia

 

a lo largo del tiempo

soportamos ofensas, olvidos, partidas

 

como

si nos fuese facultado el derecho

de nuestra propia desconstrucción

 

a lo largo del tiempo

perdemos embrutecidos como una piedra la razón

caminamos alrededor de una misma montaña

 

disfrazados con una armadura

frágil y falsa

 

a lo largo del tiempo

prisioneros acompañamos

la vida

 

como si sólo así

pudiésemos verla

 

a lo largo del tiempo

partimos

 

y ya no podemos sentir

el gusto de la mañana

y de la cara de la luna que reina

 

 

 

 

EL PODER DE LAS PIEDRAS

entienda

de una vez por todas: todo lo que te di

es fruto

del descrédito humano entonces

soy una muchedumbre

me llamo insomnio y hambre otro día

próximo a un trampolín

soñé que sabría entender la ilusión

de celebrar mosquitos y follajes

y por un buen tiempo

mirando el mar

escuche el sonido

de cientos de diluvios semejante a un albergue

que acoge

ostras

y el hospicio de una nostalgia confieso:

es por la sombra

donde se revela

el color de un sentimiento y te digo:

en aquella playa

yo sé

un día

me será dado

el poder de piedras

y miedos imperturbables

 

 

 

LUZ DEL DÍA

ahora

de la ventana del cuarto donde estoy

recuerdo todo lo que aconteció

cuando te vi por la primera vez era temprano

cuando nos encontramos en la plaza

y nos sentamos en la banca

y hablamos de todo lo que hace mucho paso

era como sí la nostalgia

despertase nuestros rostros

tan distantes de una hermosa contemplación

y las flores que suspiran por el jardín sus esperanzas

sentirán por los nuestros ojos

que la vida pasa

entre la sombra de un árbol secular

y la palabra tan febril que de tanto pensar

lentamente adormece

 

 

 

VENDAVAL

 

¿quién es usted

que llega de madrugada y me asesina

con sus garras de barro

ensuciando mis sueños y deslices?

 

¿quién es usted

con esa cara de malo

que desarregla el cotidiano de mierda

pronto para entregarse

en la primera esquina del apocalipsis?

 

¿quién es usted

que lacera mi cara

como sanación de mis fugas

sin fuerza y visión

para protegerme de las lluvias y los desmayos?

 

¿quién es usted que me acusa de falso y traidor

que me sofoca

y estrangula mis lágrimas y lugares

como espantapájaros de una rosa roja

que explota entre la esquina y el retorno?

 

¿quién es usted

que me hace renacer entre cenizas

como vigía de intuiciones modernas

y la lúgubre rutina del pasado?

 

¿quién es usted

que se hace árbol

de símbolos, signos y cítaras

tan afortunado de mapas y ruteros

como una jirafa

que ve el mundo desde arriba

rociando impaciencia y recados?

 

¿quién es usted

que ya no sabe su nombre

que sacude los dientes de una lengua vacía

semejante a una fiebre de enfermo

parecida a una tragedia preñada de alergia?

 

¿quién es usted

que me acusa de fantasma

de ladrón sin límites

de su protector entre torres y castillos

ruidos sin esperanza, porvenir, ni mañana?

 

¿quién es usted

que me detesta y blasfema

sacrifica a mis pies, hijos

mañanas, alimentos y suerte?

 

¿quién es usted

solitario, que me dice lo que debo hacer

sin costilla, respiración, creencia, destinatario

mar, juicio, vestimenta y demente?

 

 

 

__________

Trad. Leo Lobos


(Fuente: Revista Altazor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario