miércoles, 23 de diciembre de 2020

Karen Valladares (Tegucigalpa, Honduras, 1984)

 

 

Y nosotros desnudos

 

Aquí la palabra, la luz, la voz murmurando.

la puerta entreabierta, nosotros desnudos.

 

Aquí la palabra, el cielo oscuro.

El ruido del televisor, la noche cayéndonos encima.

Y nosotros desnudos.

 

Aquí la luz, lo claroscuro, lo que trasciende, y lo que no.

Lo que vive, lo que se esconde y lo que se deja ver.

Nada de esto será para siempre. Nada.

 

Silencio, voy a gritar lo que pienso.

Gimo, mi orgasmo me rompe.

 

Y nosotros desnudos.

 

 

 

Hablaré de mi infancia

.

Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia,

Anne Sexton

.

Hablaré de mi infancia,

de mis vestidos cuadriculados

de mis muñecas polvosas

de mi casa de madera

y dire que soy la segunda hija

y dire que soy la única mujer

la que siempre jugo sola

con todos los fantasmas de la casa

 

Hablaré de mi infancia

de las enfermedades que me rodeaban

del viento que congelaba la ventana desplomada

de las veces que mis padres llegaban del trabajo a media noche

de las voces que venían del patio trasero

de los fantasmas que me hablaban desde el armario

desde el libro añejado que jamás intenté leer

y que no recuerdo su título.

desde el vidrio empañado del espejo

otra vez el espejo empañado

 

 

Hablaré de mi infancia

sin temor de regresar a ella

a volver a vivirla

a volver a caminar

con las rodillas empolvadas

con el pelo largo hasta la cintura

con la fría timidez en mis ojos

con el silencio rebalsando en mi boca

con la soledad en mi cuarto

en las paredes

callándome la voz inocente que guardé toda mi infancia.

 

 

 

 

Quiero matarte poesía

 

Quiero matarte, poesía.

Lanzarte al hospicio.

Desgarrarte la ropa,

despellejarte.

Maldita.

Quiero lanzarte perlas como a un cerdo.

 

Quiero provocarte,

sentir tus golpes,

sentir que estás en todas partes y creer que estoy loca.

Sentir que sos mi sombra, mi pared,

mis pasos,

mi cuerpo desnudo,

mi orgasmo;

mi conciencia.

 

Quiero volverte loca, poesía,

y no dejarte en paz nunca.

Reírme de vos a carcajadas.

 

Quiero matarte poesía,

desaparecerte,

borrarte del mapa.

Sacarte de mi vida como a una espina,

darte una patada en el culo

y decirte puta; puta mil veces.

 

Morite, poesía,

morite lejos de mí,

donde no huela tu olor nauseabundo

y no pueda volver a vomitarte jamás.

 

 

(Fuente: Círculo de poesía)

 

 

 

 

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