La risa:
Diéresis perfecta de la araña en el rocío, en los cuellos que piden ser mordidos, en la verde jipi-japa de la hierba. ¿Quién apaga una por una las estrellas sobre las bóvedas de asbesto?
A ambos lados de un trabalengua de calles, en los miedosos cactos que rasga la estación de las espinas, amaga el aire viajero, interrumpido por árboles y casas. Y hay en el aire una cometa que olvidaron los niños.
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