Esa luna enlutada, ese desasosiego
La convulsión de adentro, flanco
Dentro de la soledad, cuerpo muriendo
Todo eso te debo. Y eran tan vastas
Las cosas planeadas, barcos,
Murallas de marfil, palabras largas
Consentimiento siempre. Y sería diciembre.
Un caballo de jade sobre las aguas
Doble transparencia, hilo suspendido
Todas esas cosas en la punta de tus dedos
Y todo se deshace en el pórtico del tiempo
En lívido silencio. Unas mañanas de vidrio
Viento, el alma vaciada, un sol que no veo
También eso te debo.
Traducición de Ezequiel Zaidenwerg
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