El armario:
En la esterlina penumbra del armario
cruje (entre collares de dientes amarillos,
bufandas, japonerías
y el ovni mustio de una boina)
y en él, como una sortija,
como traída de un tiempo lejano,
la queja dulce de un perfume.
Encorvado en el envés de muselina,
el poema
encaramillado de promesas
arrugadas y póstumas
hace reír al armario centenario,
ese milord mendigo
que sueña regresar a árbol,
a semilla, a polen,
y otra vez libre
fundirse con el bosque
entre el oleaje
de las noches y los días.

No hay comentarios:
Publicar un comentario