lunes, 29 de abril de 2024

Luz Mary Giraldo (Ibagué, Colombia, 1950-)

 

Caligrafía de la sombra 

 

La vida y sus fracturas

 

Porque en las palabras de estos días

no está la vida sino sus fracturas

no el amor sino el vacío

no la muerte sino la nada

no el canto sino el gato tuerto y el pájaro sin pico

porque nadie logra inventar un lenguaje

que alcance a bendecir lo que somos

en este mundo roto.

Quiero encontrar una palabra sin heridas

donde no esté el dolor

ni la miseria que carcome

y la falta que habla por nosotros.

Una palabra como una hoja larguísima

que avance sobre la página

y deje oír el silencio de las hojas cuando dibujan el otoño

con el sol escondido

detrás de la neblina.

 

Música extraña

 

Cada palabra a imagen de otra luz.

Olga Orozco

Ahí está mi casa

y mis libros

el gato y el perro

el jardín

el tiempo en la mirada del reloj

la lámpara encendida y el sombrío del patio

la ventana

y la felicidad de la belleza con sus lágrimas.

Mi gente

mi gente con su algarabía.

Un río en la memoria y los amigos

todos los días de la memoria.

El viento fresco en la mañana

y la luz en los dibujos del paisaje.

Hay agujas en las alas de las mariposas

y sombras en muchas partes.

Los sonidos resbalan en la sombra

la sombra atraviesa el rostro

entra a los ojos y los oscurece.

El viento se detiene en la neblina

y golpea a los desamparados

que miran el picoteo de la lluvia.

El viento muerde el esqueleto de los pájaros

los deja sin lengua

y yo intento aliviar el dolor de las heridas.

Dibujo colores que se detienen en la sombra

atravesada por la luz

mientras pido que los sonidos de la guerra

no

martillen

más.

 

Día séptimo

 

Y tú sol,

pon de luto la luz ya para siempre:

apaga y vámonos.

Aníbal Núñez

Son las siete de la noche del día séptimo y no llega el descanso.

De padre a hijo desconocen el rumbo

y de abuelo a nieto caminan desvelados.

Amenaza la quijada del asno con la ruta cruel de los errantes

y el olvido.

Dicen que el mundo se hizo en siete días

y nadie comprende cómo se da muerte al hermano

ni cómo la madre y el padre cayeron en desgracia

y fueron castigados por comer del fruto del bien o del mal.

Es el día séptimo y nadie quiere recordar a Juana incinerada

a Vallejo y tampoco a Gelman que supieron del calvario.

Todos ignoran qué hicieron con Federico

y buscan el lugar de su tumba y su herida.

Nadie quiere saber más de todo aquello

no sea que se escuche el silencio de las celdas

y el estropicio de los días diga que la vida es un ser atormentado

en campo de batalla.

Son las siete de la noche del día séptimo

y no descansa nadie.

 

Herida

 

El victimario lava sus manos en el agua del estanque

y ve la ruina de su propia huella.

La víctima deja la sombra de una herida en la piedra

y la imagen de su propio funeral

mientras cava la tierra.

 

Cicatriz

 

El sentenciado a muerte

recorre las huellas de los que se fueron

mira a contraluz

y lava sus manos en el estanque.

Se limpia hasta desaparecer.

Tal vez quede la sombra de sus heridas

en la cicatriz de una piedra.

 

Silencio en ruinas

 

El viento eleva ruinas y silencio.

Los relámpagos iluminan la estación

donde los desamparados arrastran sus pies.

Escribo en las paredes húmedas

y las letras se desdibujan sin llegar al punto final.

Soy hilo que trenza su quejido.

Escribo

para que encuentren la salida

al menos en mis versos.

 

Bitácora

 

De lunes a domingo los días son iguales.

La vida respira en los oficios

y el encierro confunde el canto de los pájaros.

La peste es camaleón en los sonidos de la guerra

aire crispado y zumbido de moscas

en los ojos de los niños con tierra en la boca.

 

Epitafios

 

Los pájaros lloran en silencio y un ángel se arrodilla

cierra sus párpados

para no leer los epitafios.

 

Caligrafía en la sombra. Medellín. Sílaba Editores. 2024. Págs. 11, 14-15, 24-25, 26, 27, 32, 43, 44.

 

(Fuente: La Mecánica Celeste)

 

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