martes, 25 de octubre de 2022

Mary Oliver (Maple Heights, EUA, 1935-Hobe Sound, EUA, 2019)

 

EL VIAJE

 

Un día por fin supiste
qué tenías que hacer, y comenzaste,
a pesar de las voces que en torno a ti
no paraban de gritar
malos consejos —
a pesar de que toda la casa
empezó a temblar
y sentiste el viejo tirón
en los tobillos.
"¡Mejora mi vida!"
gritaba cada una de las voces.
Pero no te detuviste.
Sabías qué debías hacer,
aunque el viento hurgara
con sus rígidos dedos
en los cimientos mismos,
aunque fuese terrible
su melancolía.
Ya era bastante
tarde, y la noche tormentosa,
y el camino estaba cubierto
de ramas caídas y piedras.
Pero lentamente,
mientras dejabas sus voces atrás,
las estrellas empezaron a brillar
a través de capas de nubes
y surgió una nueva voz
que poco a poco
reconociste como tuya
y que te acompañó
mientras te internabas cada vez más
en el mundo —
decidida a salvar
la única vida que podías salvar.
 
 
 
________________
de "The Dream Work" (1986), en "New and Selected Poems", Beacon Press, Boston, 1992. Versión de Jonio González. 
 
 

THE JOURNEY

 
One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice —
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
"Mend my life!"
each voice cried.
But you didn't stop.
You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations,
though their melancholy
was terrible.
It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.
But little by little,
as you left their voices behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do —
determined to save
the only life you could save.
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

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