martes, 16 de febrero de 2021

Gerardo Diego (España, 1896-1987)

 

 

Quién sabe


                                                                    A Vicente Aleixandre
 

Eso nunca Un espejo de alcoba que se estime a sí mismo
no girará para abrir paso a la invasión de las profecías
Antes se dejará segar en flor
por una larga mirada procedente del Cáucaso

Todo conserva la misma ceremonia recíproca
Altas firmes resecas las espadas
esperando las manoplas rivales
y el frontón donde rebotan
los ojos como corazones elásticos
Las alfombras contagiando el soplo de los siglos
por sus contactos de hombro a hombro y de hombro a hombro
y la máquina de escribir estremeciéndose a cada relámpago

Después de esto nada más fácil
que despegarme yo en dos hostiles entidades
lo mismo que un espejo en espejo y espejo
o que un ahorcado
en ahorcado primogénito y ahorcado bis

Todo es cuestión de estirar bien los pies sin balanceo
y dejar que crezcan sus uñas
hasta el nivel de los más empinados surtidores de sangre
de esos que brotan de un reloj de pulsera pisoteado
o de una violeta
al querer arrancarle su perfume distintivo
o sus iniciales tiernamente entrelazadas

Todo esto y mucho más sucede
cuando mis huesos alteran su dominó correlativo
buscando otra solución más razonable

                                                                  1932
 
 
 
 

incluido en Poesía surrealista en español (Éditions de la Sirène, Parías, 2002, ed, de Ángel Pariente).
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

 

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