XII
Yo busco las canas de mi padre
en la cerámica del estiércol
tardan las hormigas en marcharse del zapato
Amante como los de Sumpa
porque abraza mis caricaturas
ahí donde un trébol estira sus corazones
y el cascajo derrama un blanco peinado
Y en el manicomio de arena
sus palabras descalcifican
la séptima vértebra de las rieles
pero su nombre se mantiene paralítico
donde el mar ceremonia imágenes antiguas
y atrás de la ausencia queda una fragata
a romper el siglo de las piedras
Y un manuscrito
entreteje la caligrafía de sus edades
acaso sus voces aún cosechan
el insonido de otra madrugada
no ha dejado de existir en la cubista imagen del agua
habitación de tiovivos
enloquece el acróbata con las tramoyas del hospicio
es una perinola borrando pasos de mi padre
ahora son las manos quienes se juntan
sobre mis labios se pudre el silencio que mantengo
la mosca tropieza
en la humedad de muletas
dónde muere el ojo que el mar intenta?
es mi alucinación convertida en esqueleto
olvidando la genealogía de los padres
hay un ritual de pensamientos
atrayendo mi infancia hacia las veredas
(Fuente: La parada poética)
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