martes, 26 de enero de 2021

Horacio Ruminal (Uruguay, 1952)

 

 

La evolución del verbo

 

Remontándose en el tiempo,
se advierte aún, que los verbos
representaban acciones
más o menos claras y precisas.

Pero ya no son lo que eran:
La evolución sumó complejidad al mundo
y al lenguaje  (el mundo al que pertenecemos)

La expansión del campo semántico
es un hecho irreversible, como la evolución.
Hay nuevas acciones que representar.  Y
lo que se gana en amplitud se pierde en precisión.

Siempre hubo hombres de acción
y hombres de palabra,
pero desde la práctica teórica
surgen nuevas contradicciones:
Las acciones caen,
ya no son lo que eran,
los actos precipitan y los participios pasan
sin pena ni gloria.  Los límites
se tornan difusos, y aparecen todo el tiempo
nuevos significantes que agregan confusión.

La confusión, puede sumirnos en la inacción,
perdiéndose todo interés en la acción
como valor positivo.



II

Militar, en su acepción verbal, supo ser
un verbo serio, adusto. Expresaba una práctica
de un compromiso intenso, íntegro y hasta absoluto
con una causa.  Ésta, solía estar representada  en
una agrupación política, una organización armada, etc.

Se sabe que muchos militantes perdieron la vida
por la acción de los militares, que a su vez
cumplían órdenes de sus mandantes  (El verbo militar
estuvo siempre asociado al verbo obedecer)

Se podía militar, incluso en una secta o grupo religioso
(si es que hubiera alguna diferencia).  Pero siempre, sin
excepción, se militaba “en”,  no habiendo lugar a la duda
en cuanto al sentido de pertenencia, y a los fines de la
práctica militante.

Un militante, merecía el respeto de propios y extraños
por su actitud de entrega y compromiso, más allá
de compartir o no su condición ideológica.

No se concebía
que alguien pudiera militar un Objeto Directo…
Pero los tiempos cambiaron,  y se descubrió
que el verbo ofrecía otras oportunidades, era cuestión
de obtener aceptación utilizando los medios y recursos
disponibles.

Hoy se acepta de buen grado
que se milite  el optimismo, la transparencia,
el entusiasmo, la relajación, la resiliencia,
el oscurantismo, el conformismo o el oportunismo,
así como el posibilismo, el terraplanismo,
el cortoplacismo, la misantropía, el crudiveganismo
o el pos positivismo.

Incluso, resulta aceptable militar la aceptación genérica:

“Lo que aceptas te transforma, lo que niegas te somete”
Repiten sus militantes.

Y más allá de las diferencias, si algo no queremos
ni aceptamos, es el sometimiento.



III

Sin duda, los cambios que ocurren en el lenguaje
acompañan o preceden los cambios en una
sociedad.  Hay distintas teorías y visiones.

Pero ante los cambios, surgen nuevas opciones
de militancia:  a favor, o en contra
(aunque también se puede militar la moderación)

Los que militan el Objeto Directo
hacen una interpretación más amplia y libre
del significado del verbo militar:

Creen que todo puede ser militado
y nadie puede poner límites, ni al Objeto Directo,
ni al derecho a militarlo.  Lo que explica la aparición
de militantes antiderechos.




IV


Resulta evidente, que la expansión semántica
del verbo, abre nuevos horizontes para
la biodiversidad militante.

Así, vamos incorporando muevas formas y diseños
para vivenciar la experienca militante con una
cada vez mayor horizontalidad:  

Militancia vertical, transversal, eventual, transicional,
subvencionada, tercerizada, precarizada, etc.

Militancia experiencial, para aquellos que solo desean
conocer la experiencia intensa de la práctica militante.

Y militancia aspiracional:  “estoy dispuesto a militar
sin descanso y sin medida, en cuanto aparezca algo
que valga la pena ser militado”



V

En cualquier caso, hay que aceptar, la militancia
no es lo que era:  la imagen del militante histórico,
abnegado y comprometido a ultranza, ha mutado,
mal que nos pese, en un  organismo genéticamente
modificado,;  una especie híbrida que ofrece toda
una diversidad de opciones, modalidades y aplicaciones,
como para que nadie se quede afuera.

La militancia como producto, expresa el éxito de la
intervención de diseño inteligente en el campo semántico
de la función verbal, generando nuevas fuentes y opciones
para el desarrollo de la actividad, lo que redunda en la
producción de nuevos sentidos de pertenencia, para
la optimización de la integración en un
verdadero modelo inclusivo:  

Todos tenemos derecho al sentido de pertenencia.
Hay que pertenecer.
No hay nada que no sea militable.


Hacía falta operar un cambio en el desarrollo
de este recurso semántico, que destrabara el
tránsito hacia el camino evolutivo:

No se podía sostener el verbo militar
constreñido, encorsetado y acotado
a la defensa y promoción de categorías abstractas
y obsoletas como libertad, igualdad, justicia
o soberanía…

¡Sólo la militancia es soberana!


VI

Toda evolución tiene un costo.
Así, al ampliar el sentido se diluye su carga
negativa original.  Lo que se gana en un lado,
se pierde por otro, una realidad:
Hay ganadores y perdedores, siempre hubo
(Conviene militar con / en / para / a / los que ganan)

Hay que aceptar el costo evolutivo.
Hay que aceptar:
Vale repetir la cita
de los militantes de la Repetición Permanente:

                            Lo que aceptas te transforma.
                            Lo que niegas te somete.



Con la evolución del verbo

el horizonte se amplía

y el desierto crece.

Hay mucho para militar.




VII

Lo que alguna vez fue un camino  sin retorno,
ahora es un número creciente e impreciso
de caminos que se bifurcan, sin solución
de continuidad.

La aventura de militar
está al alcance de todes:  
Ya no es un camino restringido a jóvenes elegidos,
esclarecidos, iluminados o creyentes.

No hace falta creer, ni tener convicciones, ni ser
joven. Ni ser un insatisfecho inmaduro, que incapaz
de aceptar su fracaso como sujeto, se refugia
en la comodidad de querer cambiar el mundo.

No, todo cambió. No hizo falta cambiar el mundo.
Bastaba cambiar un poco el sentido de algunas
palabras.

Ahora, sos libre de militar lo que quieras:  
Alcanza con una actitud positiva, alguna vocación
de servicio y las ganas de aceptar el desafío de la
aventura.

Sumate

No te quedes afuera

La militancia es más que un desafío
y una oportunidad:   Es una inversión
a futuro   (al futuro hay que militarlo)

Pensá en tus hijos,  aunque todavía
sean parte del futuro.
Pensá en el orgullo de poder
transmitirles tu experiencia…
Pensá en el de ellos, al poder decirle
al mundo:

Mi padre fue un militante…



No te quedes afuera
Sumate
y convertite en un militante soberano
o un soberano militante.

Hay causas militables para todes.
Abrazar alguna causa siempre suma
(aunque haya otras mejores)

Abrazar es fácil, no hace falta poseer
una formación específica ni genérica,
ni tener opinión formada:
Hay información disponible,  y sobran
formadores de opinión.

Toda causa es proveedora de sentido.
Hay que darse, sin medirse.
Hay que abrazar,
por la parte abrazable de las causas,
para gozar en plenitud
la condición de miembro.

Sumate, decidite, animate a emprender
una militancia soberana.

El Sujeto ya lo tenés,
el verbo te está esperando, como una novia.
El Objeto Directo lo ponés vos.

                        ***


Nota al pie:  Si tenés dudas en cuanto al objeto,
podés militar este poema militante, aunque
dudoso:  muchos pondrán en duda su condición
poética, y hasta su condición militante

(Pero sólo es cuestión de militarlo bien
para que sea aceptado)




(Fuente:  El cultivo inorgánico)





 

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