viernes, 29 de enero de 2021

Ales Steger (Ptuj, Eslovenia, 1973)

 

 

Vela

Cuando muere alguien pero no es de día ni de noche.
Y ni tú ni él están presentes. Ni aquí ni allí.
Empieza a llamear tenue sobre la cocina a gas.
Sin prestigio. Y no vive, y no ha muerto
Lo que proteges oculto bajo la mano.
No pregunta, no da respuestas.
No está del lado del bien. No está del lado del mal.
No conoce la mentira, ni la verdad, ni el sentido y sinsentido.
No es futuro y no es pasado.
Es y a la vez no existe. No es que sea o que no fuera a ser tú.
No es que no fuera sólo algo o algo distinto.
Ni aire ni fuego. Ni luz ni llama.
Ni abismo ni esperanza. Ni sí ni no.
Cuando muere alguien, alguien todavía no ha muerto.
Bajando por el pabilo trepó dentro de sí.
Extiendes la mano tras él y lo apagas.

 

 



Muro

 

No pasa un día sin que pienses
Que también a ti te han amurallado fuera del mundo.
Te han quitado perspectivas. Expulsado.
No pasa una mañana sin que te jures
Que hoy destruirás ese muro, ni una noche
Sin que vuelvas destruido. Tú rebelión no tiene sentido.
No hay nadie que te brinde la seguridad de la oposición.
Los ladrillos se abren solos, suavemente como las horas.
Te dejan pasar aun antes de que los toque tu mano.
Aunque no hay ningún otro lado, ningún otro lugar.
No llegas a ninguna parte y nada te retiene.
No tienes un muro donde todo eso tenga fin.
Y tu muro es nunca nadie en ningún lugar.

 

 



En  Regreso a casa, ed. Beletrina, Ljubljana, 2001
Trad. de Pablo J. Fajdiga
Envío de Jonio González

 

 

(Fuente: Otra iglesia es imposible)

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