Se reúnen aquí poemas escritos en lengua inglesa por poe-
tas galeses. Al alejarse, desde hace más de 90 años de la co-
lonización inglesa, el medio cultural galés ha creado una li-
teratura propia con notable fuerza. El movimiento comenzó
en 1920, y produjo un primer florecimiento durante la década
de 1930 a 1940, con poetas como Lynette Roberts, Idris Davies,
Alun Lewis y Dylan Thomas. El segundo florecimiento se pro-
dujo entre 1950 y 1960, con la poesía de Roland Mathias, John
Tripp, Raymond Garlick y R.S. Thomas.
El libro del cual extrajimos estos poemas se restringe al perío-
do posterior a 1980. Se verá en estos textos la ambigüedad que
caracteriza a estos poetas respecto de la lengua inglesa. Es por
esa razón que el editor de este libro lo ha bautizado "La urgen-
cia de la identidad".
JEAN EARLE
Vivió la mayor parte de sus 92 años (1909-2002) en Gales,
en el Valle de Rhondda, en el sur del país, aunque nació en
Bristol, Inglaterra. Publicó trabajos periodísticos y cuentos,
y su primer libro de poesía a los 71 años.
FIESTA DEL TÉ
Invité a mis muertos para el té.
Noticias acumuladas orientaron mi lengua
Como una aguja a través de sedas, como una apiñada
bolsa de abejas,
Difícil de descargar.
Se sentaron en el jardín,
Sonriendo al pasar lista de las piedras quemadas de sus
nombres.
Puse una mesa entre rosas,
Cargada con sus cosas favoritas.
Oh, mis dulces muertos - ¡las tortas, las tortas!
Todas las noticias descargadas en los borrosos,
receptivos lustres
De sus atentos ojos. Entonces, por primera vez
Supe que ustedes estaban muertos al fin, y yo-
¿Curado?
cayó sobre mí con la tetera vacía
Y el sol poniente. Yo no tenía ningún plan para ustedes
Más allá de la tarde.
OLIVER REYNOLDS
Nació en Cardiff en 1957. Estudió dramaturgia en la Univer-
sidad de Hull y actualmente trabaja como escritor independien-
te en Londres.
CÍRCULO COMPLETO
La O
según leí
es la única letra
común a todos los sesenta y seis
alfabetos del mundo
Pensá en eso
un bebé llora
no envuelto
por lazos de humo
circunflejos o metafónicos
de un último cigarrillo
da la vuelta el habla frena-y-avanza
de hombres aprestándose a dormir
sobre el colchón de las pampas*
Edipo tropieza
con ojos de lechuza
apostrofando
la onomatopeya búlgara
comparte terreno común
con las dulces nadas hebraicas
y quién sabe
una enfermera puede colocar
la etiqueta al dedo gordo del cadáver
apellido primero
y luego mi inicial
sin preguntarse
a qué nombre pertenecería
*Pampas: escrito así en el original.
GILLIAN CLARKE
Nació en Cardiff, en 1937. Ha publicado varios libros de
poesía. También tradujo del galés una colección de cuentos
tradicionales para niños. Vive, a los 84 años, en Ceredigion.
Ha sido nombrada Poeta Nacional de Gales 2008-2016.
CIRUELAS
Cuando llega su tiempo caen
sin viento, sin lluvia.
Se filtran a través de la muselina de los árboles
en una lenta fermentación.
Diariamente el cercano sol las calienta
en un tardío amor que es más dulce
que el verano. En cama por la noche
oímos el latido de la fruta que cae.
Las segregantes babosas reptan a casa
a las mieles estalladas, se las encuentra
por la mañana boca a boca,
inseparables.
Estiramos acolchados de patchwork
para una limpia recogida. Los canastos se llenan,
nunca antes una cosecha así,
una luna de cazadores quemando
los espinos blancos, ebrios de almíbares
que son más ricos de noche
cuando las arañas lanzan
carpas sobre la hierba mojada.
Esta mañana el sol rojo
se abre como una rosa
sobre nuestra blanca pared, imprime allí
la sombra de espina de pez sobre un helecho.
Los primeros mirlos vuelan
culpables por una captura al alba
de fruta caída. Nosotros también
desayunamos la dulzura.
Pronto los ciruelos serán huesos,
que se vuelven delicados con las
formalidades de la escarcha. Sus negros
ángulos rasgarán la nieve.
HILARY LLEWELLYN-WILLIAMS
Nació en Kent, Inglaterra, en 1951, de padres galeses y
españoles. Estudió literatura inglesa y teología en la Univer-
sidad de Southhampton. Se estableció en Gales en 1982 con
su pareja y dos hijos.
EL MES MÁS CRUEL*
(Abril 1986)
Esta larga, fría primavera, este rechazo
del crecimiento y el calor: solo una amargas hierbas
apretadas contra el suelo, y la lluvia
que se ha vuelto brutal, cargada con aguanieve. Todos
nos vemos desesperados. Nuestros ojos son anchos y blancos
de tanto mirar las noticias, nuestros rostros cerrados y grises
contra el clima. Nieve en la tierra alta.
Los últimos días - parecen los últimos días:
un verano que hemos anhelado, que nunca llega;
la vida encogida en sí misma. Cuervos alimentándose
cerca de la casa. Niños guardados, refrenados,
las espaldas contra una ventana opaca. Esperando. Esperando.
Si viniese la primavera, si el futuro tan solo viniera
para aliviar el presente, estos vendavales familiares
soplando de pueblo en pueblo, si el correo trajese
esas cartas largamente esperadas, si el mundo
se enfermase de pronto de sí mismo, y cambiase-
pero no hay cambio, solo viento del noreste
soplando día tras día. Es como el fin
de la inocencia, esos simples años pasados
cuando el verano sucedía al invierno, cuando los jóvenes
crecían a la adultez a la vieja usanza,
con deseo de que llegue. Ahora los aviones de combate
despegan, como pájaros de muerte. Vení, verano, vení.
*Alusión al poema N° 12 de "La tierra baldía" de T.S. Eliot:
"Abril es el mes más cruel, criando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera."
Por otra parte, el acontecimiento histórico que he hallado
en relación al mes de abril de 1986, es la catástrofe de Cherno-
byl. El azar de los vientos del norte de Europa impidieron una
masacre sin precedentes en los países nórdicos.
FUENTE
David. T. Lloyd. The Urgency of Identity. Contemporary
English-language Poetry from Wales. Triquaterly Books,
1994.
(Fuente: Idiomas Olvidados)
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