jueves, 27 de enero de 2022

José Emilio Pacheco (México, 1939 - 2014)

 


 

Todo poema es un ser vivo: / envejece.
(J.E.P.)

 

 

 

 

A QUIEN PUEDA INTERESAR

 

Que otros hagan aún

el gran poema

los libros unitarios

las rotundas

obras que sean espejo

de armonía

 

A mí sólo me importa

el testimonio

del momento que pasa

las palabras

que dicta en su fluir

el tiempo en vuelo

 

La poesía que busco

es como un diario

en donde no hay proyecto ni medida

 

 

 

 

ACELERACIÓN DE LA HISTORIA

 

Escribo unas palabras

y al mismo

ya dicen otra cosa

significan

una intención distinta

son ya dóciles

al Carbono 14

Criptogramas

de un pueblo remotísimo

que busca

la escritura en tinieblas.

 

 

 

 

ALTA TRAICIÓN

 

No amo mi patria.

Su fulgor abstracto

es inasible.

Pero (aunque suene mal)

daría la vida

por diez lugares suyos,

cierta gente,

puertos, bosques de pinos,

fortalezas,

una ciudad deshecha,

gris, monstruosa,

varias figuras de su historia,

montañas

-y tres o cuatro ríos.

 

 

 

 

INMEMORIAL

 

El misterioso día

se acaba con las cosas que no devuelve

 

Nunca nadie podrá reconstruir

lo que pasó ni siquiera en este

más cotidiano de los mansos días

 

Minuto      enigma irrepetible

Quedará tal vez

una sombra      una mancha en la pared

vagos vestigios de ceniza en el aire

 

Pues de otro modo qué condenación

nos ataría a la memora por siempre

 

Vueltas y vueltas en derredor de instantes vacíos

 

Despójate del día de hoy para seguir ignorando y viviendo

 

 

 

 

LA FLECHA

 

No importa que la flecha no alcance el blanco

Mejor así

No capturar ninguna presa

No hacerle daño a nadie

pues lo importante

es el vuelo         la trayectoria          el impulso

el tramo de aire recorrido en su ascenso

la oscuridad que desaloja al clavarse

vibrante

en la extensión de la nada

 

 

 

 

LA TRAPECISTA

 

La Trapecista encarna el drama del amor

y está siempre en manos del aire.

 

La Trapecista no comparte el estigma:

ser de la tierra y regresar a la tierra;

 

vivir atados al polvo

por la ley de la gravedad y por la pesadumbre del cuerpo.

 

La Trapecista actúa siempre con dos

pero nunca se queda con ninguno.

 

Se hunde y vuela en la noche en donde no hay red.

Su cuerpo se hace vida ante la muerte.

 

La Trapecista es el deseo que se va.

Se halla al alcance de la mano y escapa.

 

Alta como una estrella en su desnudez,

su arte de estar presente se llama ausencia.

 

 

 

 

MAR ETERNO

 

Digamos que no tiene comienzo el mar

Empieza donde lo hallas por vez primera

y te sale al encuentro por todas partes

 

 

(Fuente: Revista Altazor)

 

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