Canción
En
un paisaje de adobes
y
de piedras solitarias,
debajo
del cielo puelche
una
calandria cantaba.
(En
el corazón tenía
una
guitarra hechizada.)
Cuántas
cosas le salían
de
su sangre enamorada:
todo
el canto de la tierra
le
cabía en la garganta.
(Qué dios remoto y silvestre
le regaló tanta magia?)
Era el triste de los yuyos,
la huella de las aguadas,
era el estilo del viento,
la milonga de las bardas.
(Porque mil pájaros sabios
era la sola calandria.)
Una vez regresó el río
con pifulcas desbordadas,
y sus viejas sinfonías
me repitió la calandría.
(Era una niña de cobre
con un cacharro de lágrimas.)
Dónde andará con su canto?
De quién serán sus tonadas?
Con esta música vuelve,
pero mi voz no la alcanza.
(Se me ha vuelto la calandria
una guitarra con alas!)
...
allí
estabas...
allí
estabas mi amor allí estabas en los penachos de la
enredadera
del monte pelusa de pollito blanco enamorada
del
molle espeso abrazándolo fina en la fruta verde
del
camambú en la ruta anaranjada del camambú con su
corazón
de pequeña sandía en la flor de la pasión del señor
del
camambú allí estabas mi amor allí estabas en las varas
bermejas
de la quina apenas alzándose de latierra
pesada
de semillas en las hojuelas rubionas que confundía
el
viento veranoso que levantaba el viento con ruido de
cachilote
que las robaba él allí estabas mi amor allí
estabas
en la sangre de enero de las muchachas de trece
años
en el gateado mordiendo a su rosilla en el olor
precioso
de la siesta soltada en los cuú de ella en los más
gruesos
vinos debajo del gran caldén en la mariposa púrpura
sobre
la mariposa blanca allí estabas mi amor allí
estabas
en la garganta del agua en lo bondadoso del poleo
en
el sol en el sol mapuche en las briznas de lo que respiraba
en
lo que caminaba y en lo que saltaba y era florido
y
hacía bien allí estabas mi amor allí estabas
De "Hornos de los mareque", Caja amarilla (1973-1974).
(Fuente: Blog del Amasijo)
(Fuente: Blog del Amasijo)
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