Cuando los días son todos iguales...
Cuando los días son todos iguales todos repletos por el hambre
el hambre se reparte en estallidos de dientes y esquirlas
se repletan solos los ataúdes ajustados por el hambre
el hambre se repite en hambres y desbocadas denteras
entonces hay un llamado a la lucha que no se asombra
la ciudad recupera su pupila delirante espesor de próximos combates
con trayecto de flecha los panfletos van a las esquinas
van anudados como grupos de obreros más adelante más adelante
van armados
ya no es un misterio que las banderas rojas borran el hambre
y yo me voy con ellos con mi caracol y mi revólver.
en Meditaciones físicas por un hombre que se fue, 1987
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