Estanco
Me semiincorporo enérgico, convencido, humano,
y voy a escribir estos versos en los que digo
lo contrario.
Enciendo un cigarrillo pensando en escribirlos
y en el cigarrillo saboreo la liberación de todos
los pensamientos.
Sigo el humo como una ruta propia,
y gozo, en ese momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es
una consecuencia de sentirse uno indispuesto.
Después me reclino en la silla
y sigo fumando.
Mientras el Destino me lo conceda,
seguiré fumando.
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