lunes, 23 de julio de 2018

Joáo Cabral de Melo Neto (Brasil)


La lección de poesía


1. Toda la mañana consumida
como un sol inmóvil
delante de la hoja en blanco:
principio del mundo, luna nueva.


Ya no podías dibujar
ni siquiera una línea;
un nombre, ni siquiera una flor
desabrochaba en el verano de la mesa:

ni en el mediodía iluminado
cada día comprado,
de papel, que puede aceptar,
con todo, cualquier mundo.


2. La noche entera el poeta
en su mesa, intentando
salvar de la muerte los monstruos
germinados en su tintero.

Monstruos, bichos, fantasmas
de palabras, circulando,
orinando sobre el papel,
ensuciándolo con su carbón.

Carbón de lápiz, carbón
de la idea fija, carbón
de la emoción extinta, carbón
consumiendo en los sueños.


3. La lucha blanca sobre el papel
que el poeta evita,
lucha blanca donde corre la sangre
de sus venas de agua salada.

La física del miedo percibida
entre los gestos diarios;
miedo de las cosas jamás posadas
pero inmóviles – naturalezas vivas.

Y las veinte palabras recogidas
en las aguas saladas del poeta
y de que se servirá el poeta
en su máquina útil.

Veinte palabras siempre las mismas
de las que conoce el funcionamiento,
la evaporación, la densidad
menor que la del aire.



(Fuente: El Hombre aproximativo)


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