sábado, 30 de julio de 2022

Javier Galarza (Buenos Aires, 1968 - 2022)

 

HAY MÁS LUZ CUANDO ALGUIEN HABLA
 
 

Chuang Tzu cuenta de un hombre que intentó librarse de su sombra. Para ello echó a correr. Su sombra, no obstante, acompañaba cada paso. Entonces corrió hasta caer muerto.
El sabio oriental dice que si este hombre se hubiera detenido y puesto a la sombra de un árbol, la otra sombra se hubiera desvanecido.
¿Qué camina junto a nosotros corporizando temores, culpas, olvidos imposibles? ¿Qué ocurriría si intentamos integrar eso que rechazamos? Cuando en la noche atacan las sombras, bajo del altillo y me siento a mirar por la ventana.
Comienza a amanecer en cuanto me digo “el miedo y yo somos uno”.
En un viejo libro, llamado El Kybalión, solía leer los principios del hermetismo, una de cuyos axiomas dice «como es arriba es abajo». Esta ley ha sido citada por revistas de divulgación para contar que las células humanas emiten un máximo de luz antes de morir.
La primera vez que tuve miedo, busqué una voz que me devolviera el hilo de una narración, cualquiera que fuera.
Freud relata una escena donde un niño, en la oscuridad, le dice a su tía:
—Tía hablame, tengo miedo.
—Pero… ¿de qué te sirve? ¡si no podés verme!
—Hay más luz cuando alguien habla.-
 
 
(Fuente: Aldo Novelli Real)

 

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