miércoles, 27 de julio de 2022

Javier Galarza (Buenos Aires, 1968 - 2022)

 

Del libro Qué son las islas:
 
“Hace frío. Sin luces o faros a lo lejos, uno podría esperar toda la vida. Vi el peligro en la verdad y en las certezas. Por amor a la vida decidí perderme.”
“¿Por qué se elige la poesía? Creo que en mi caso fue parte de una búsqueda espiritual. No hay certezas. Pero la poesía nos da atisbos de las verdades. Vislumbres. Parciales desocultamientos.
Todo poeta tiene un jardín. Todo poema convoca al poder del viento. Al nombrar la flora uno aprende que la vida es proliferación, ciclos.”
“Quien encuentra dioses en el fuego, sabe de la tibieza en una noche de invierno.”
“Durante mis ataques de asma, le pedía a mi madre que me contara un cuento. Ella inventaba historias y de a poco mi respiración se normalizaba. Las palabras volvían a ligarse y el absurdo cobraba un sentido. La vocación literaria podría resumirse en esa frase «Mamá, contame un cuento»”
 
 
Del libro Für Alina:
 

RETABLOS AL PASO

Benditos los viajes y las aventuras,
este desconocimiento, las placas
y los altares que improvisamos
en cada santuario profano.
“Aquí se erigió una estación de servicio.
Cuatro chicos orinaros esta pared.
En ese lugar dormía el mendigo
que se llevó la policía”.
La noche nos llevaba
junto a Nuestra Señora de las Lluvias,
la Virgen de los viajeros.
“Aquí abusaron de un chico.
En este rincón de la calle un gato fue atropellado”.
Alina, yo abrevaba en tu templo
con gratitud de viajero,
partías el pan y nos dabas de comer,
las vides o la parra del vecino
saciaban nuestra sed.
Una mañana tus ojos me supieron sin razón,
y con un truco de magia
encendiste tenue
este film en la llovizna.
 
 
Del libro Lo atenuado:
 

TU POBREZA

 
Te perdía con el alba,
no sabía nombrarte.
Te extraviaba entre mis cosas,
no entendía tus señales.
No besaba tus hombros,
mi pobreza era absoluta.
 
 
Del libro Chanson Babel:
 

DISOCIACIÓN:
 

Los procesos de despersonalización
incluyen insomnio, ansiedad,
vértigo y extrañeza.
La sensación de estar viviendo en un sueño.
¿Es Zhiangzu soñándose mariposa
o una mariposa sueña que es Zhiangzu?
Enseña el Tao que el cielo es permanente
y la tierra durable.
Ambos perduran porque no viven para sí mismos.
Para preservar algo es mejor no aferrarse.
Todo filo se desgasta.
Cuando oro y jade cubren el vestíbulo,
más fácil es arrebatarlos.
Los bienes y los honores acarrean la destrucción.
Cuando hay puertas y ventanas en una casa,
es el espacio vacío
lo que nos permite atravesarlas.
Quien sabe, actúa sin actuar
y enseña sin palabras.
Esto enseña el Tao del cielo.
 
 
Del libro Cuerpos Textualizados, correspondencia 2008-2013:
 
 
“Hagamos lo que hagamos el misterio acecha, está allí y robamos algunos poemas a ese algo más inmenso que nos habla o nos calla.”
“Quizás en ese trasvase des con alguno de los nombres de Dios, ese excedente de sentido que debió ser atomizado entre ebrios y palabradores para que su amor no estuviera tan llevo y tuviera fallas y sea entonces sí, un resto de luz o de (im)posibilidad.”
“Espero a F. y a P. para darles su clase y pienso que cada día sedamos a los cazadores que somos. Y entre el asesinato y la contemplación, elijo esta santidad en el borde de la ciudad, en el borde del camino, en el borde de la vida.”
 
 
 
Del libro La noche sagrada:
 
 
Que detrás de las apariencias no hay nada. Saber que estamos perdidos. Intuyendo que quizás, tan solo quizás, el dios atomizado tras su muerte reviva parcialmente en escritos apurados en las servilletas de los bares.
Ese extraño artista llamado John Cage comprendió claramente que la música es la arquitectura del silencio y dijo alguna vez: “No bien comprendemos que lo hemos perdido todo, comienza la poesía”. Es hora de celebrar. Lo hemos perdido todo. Estamos perdidos. Definitivamente. Brindemos por eso.
También.

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