In Memoriam / Doce instantes con y a pesar de Jean-Luc Nancy (1940-2021).
Siempre le hacemos señas al sentido,
más allá perdemos pie.
Jean-Luc Nancy
1
Dios, Big-Bang o Huevo Celeste, sólo son predicados de lo que inaugura.
2
El ser es lo sobrevenido, lo sobreviniente o creado por el homo intelectus; es lo nacido y no nacido de su proyectarse; es una tensión que se abre al tiempo.
3
Todo esto es un devenir-sorpresa que no sólo puede ser pensamiento e imaginación, sino también cuerpo que obliga.
4
Ruptura de nada y salto de nada en nada, son la inauguración de los universos.
5
Que antes y después del hombre haya nada, no quiere decir que todo deje de existir. Las cosas existen en su estar siendo. Como los árboles. El espaciamiento de nada, es la tensión de su venir-presente, de su acontecimiento que, entre otras cosas, ni se produce ni se puede mostrar en la medida de su “no-ser-ahí”. Esto es quizá lo que Jean-Luc Nancy quisiera decir de lo sagrado; puesto que en la mística o en la creación poética -cuando se da el salto- se inaugura esa no-presencia en todo aparecer que sorprende y abisma. Se hace el puente entre nada y nada.
6
Nacer es salto al ser; morir es salto al no-ser. Sorpresas en el devenir del sentir y del pensar que son lenguajes vacíos; acontecimientos ausentes en todo es: petrificación. Mejor estar siendo: fluidez.
7
El salto del tiempo vacío al ser es pensable como dices; pero no es puro pensamiento y no obliga a volver a Parménides, que nos ha robado movimiento. Además, el ser y el no-ser de éste no son ontológicos sino míticos. La prueba está en que eran verdad y mentira dictados por la Diosa, luego de que “caballos alados” lo llevaran a su morada. Lo otro es la mistificación del siglo XX comenzada con Heidegger, a quien siempre vuelvo.
8
Salta en nada y así es como existe (…) es lo que salta lo que se sorprende a sí mismo. Esto que salta lo hace en su desnudez, en su abrirse de espacio-tiempo, en el devenir-sorpresa del acontecimiento que llega o inunda en tanto no se está en él. Según Jean-Luc Nancy: en tanto ahí no está el acontecimiento mismo ni el sujeto. Y el ejemplo, son el místico y el poeta que saben vaciarse de sí para obtener su éxtasis y su creación.
9
La Diosa no instruye al iniciante en el ser, sino en el es, dices. Pero sólo te acomodas al Parménides mal interpretado de Platón: deseoso de permanecer, traído una y otra vez a las aulas que quieren estallar con sus ideas-modelo; adoptadas como sentido, aunque no sea propicio. Resultado de una indagación ajena.
10
El devenir y el cambio no se pueden negar en tu negación. Iniciar es arrojarse hacia los abismos que son la declaración de aquello que no quiere ser conservado; donde se ve lo que no hay. Iniciar es entrar en lo inédito, fundar el salto de nada sobre nada: aún no hay experiencia, reconocimiento. Cuerpos plurales o puentes concretos se pueden deshacer en su movimiento. ¿Es esto a lo que se llega, si es que se llega a algo? En efecto, lo conquistado por lo naciente deja temporalmente en suspensión la rutina que aún opera en el Caosmos: metabolismo destructor de lo que inaugura.
11
El pájaro canta y en su cantar sólo está su cantar que es ninguno.
12
Han llegado unas guacamayas a mi casa. Sólo veo guacamayas. ¿Qué otra cosa podría ver? Y mañana… ¿qué veré? ¿Veré?
(Fuente: La Mecánica Celeste)
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