martes, 24 de agosto de 2021

Carolina O. Fernández (Lima, Perú)

 

 

XXVIII


Sobrevivo en la profundidad de las rocas
En la ciudad de la hecatombe
ya no recuerdo mi infancia 
cocinaba poemas que ardían 
en las ollas de barro del fogón

A medianoche
las estrellas  encandilaban el camino serpenteado de eucaliptos
Me tomabas en brazos 
y bajo el alumbrar de los glaciares incendiábamos  la bruma 
 
La iglesia era una enorme corona de oro en llamas 
y volamos junto a las palomas y sus doce campanadas
 
Yo  era una aprendiz de  poeta 
aprendiz de paloma
El candelabro encendió   mis huesos
hasta encenizar mis plumas
y así aprendí el fundamento 
de la página en blanco

Hambre voraz
decía mi madre en su propia  lengua

~
 
 

Querids  Jimena, Inti , Camila, Jorge y Bryan 


A veces la vida  deposita esperanzas en un kafkiano padre
esperando proteja las alas  de las  polillas y la curtiembre
pero este padre decretó  dardos en la niña de vuestros ojos
ansiaba apagar el fuego de su luz

Ustedes  fueron miles en Santiago otro tanto en la Mitad del mundo
hoy en las calles de Perú han visto a las muchachas 
desactivar estruendos para evitar las llagas indelebles 
las han acompañado  con sus pañuelos verdes 
Ustedes saben que no todes nacen con un pan bajo el brazo
ni un lecho donde depositar el cansancio

Ustedes saben que las wawas se desvelan 
porque sus sueños se encienden y se apagan 
como una luciérnaga en los nocturnos veranos

Ustedes saben lo que es  subsistir y dar de beber al hambriento  
saben que sus aviones de papel arrancan la suavidad 
de una sonrisa 
o la sinfonía de rondín
Ustedes saben lo que es levantarse  en la madrugada   
salir en busca de trabajo
dormir y trastabillar en el bus del infortunio

Querids Jimena, Camila, Jorge, Inti y Bryan, 
ustedes pudieron ser alguno de los hijos que perdí. 
No espero nada 
de los padres de la patria  solo anhelo que el Sol  la Luna y 
vuestros sueños  no se apaguen para siempre

***
 
 
En:  Rumikuna del mar. Lima: Hanan Harawi Editores, 2021.
Peruvian Poetry
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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