viernes, 30 de julio de 2021

Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947 - 2021)

 

 


Lo que empieza donde termina 
Para armar un libro hay que hacer 
como las modistas que cosen 
siempre del lado de adentro 
y cuando dan vuelta la tela esas costuras 
que ellas trabajaron confiadas 
desaparecen para dejar ver 
un aceptable 
lado de afuera. 
   


§



¿Ya hablé de la muerte? 
murió mi hermano 
murieron mis padres 
murió el padre de mis hijos 
tantos amigos murieron 
y dije y digo que no están más.
¿Eso es hablar de la muerte?
Dejé anotado que se fueron
Les dediqué libros los nombré
por sus nombres me anoticié
de que nadie me contestaba.
¿Eso es hablar de la muerte?
Ensayé todo lo que pude
insistí con estribillos ajenos
“debajo estoy yo” “debajo estoy yo”
pero Pizarnik ya había nacido
enterrada Alejandra Alejandra
se hizo llamar desde chica
y eso sí que es hablar de la muerte.
Yo solamente la cito
porque nací en una generación
y eso no es hablar de la muerte
si el cuerpo camina solo
plegarse con otros al paso del tiempo
es un deporte literario:
“La muerte y la vida estaban
En un cuaderno a rayas”.



§



Soñé con Arturo Carrera
es un amigo de mi generación literaria
me susurraba en italiano palabras al oído
era excitante.
Usted puede viajar a Italia a ver si ahí encuentra el amor
interpreta la analista buscando que acabe
la novela de mi vida para que por fin empiece
su realidad.
Arturo no era Arturo porque nunca
en los sueños los que vemos son los que vimos
y de mi generación literaria el pasado me impone
complicidades guiños contraseñas
que los que no estuvieron ahí
nunca entenderán.
Eso me obliga a hacer siempre el mismo recorrido:
psicoanálisis, literatura, teoría, política...
y aunque muchos jóvenes se fascinen con nuestra época
es un hecho que nosotros
tenemos la cabeza quemada.
 
 
 
(Fuente: El poeta ocasional)


 

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