sábado, 31 de julio de 2021

Teresa Martín Taffarel (Buenos Aires, 1934 - reside en Barcelona)

 

 

17

 

 

la llanura me atrae hasta tu cielo

 

pretendo saber desde el desmayo

tu andadura

por aquellos caminos que te inventaron mis desvelos

 

y amaneces de nuevo en la ventana

donde nunca estaremos

 

 

—————————————————

 

 

35

 

 

te aguardo con paciencia

en cada amanecer

puntual

restablecido

tras un largo desvelo

 

callo las preguntas

que un día y otro día

formulaba al espejo

 

y te miro a los ojos

 

tal vez tú me entiendas

fatigado viajero de mi espera

 

 

—————————————————

 

 

44

 

 

la piedra y los rosales

los muros

los ciruelos

 

era como volver a la penumbra

de lunas y de besos

a notas ingenuas

al sol infatigable

a las noches menguantes

 

las cosas se fueron despidiendo

entre jirones desvelados

 

y los cuadros

enmarcaban recuerdos

en las ventanas ciegas

 

 

—————————————————

 

 

Poema final

 

 

escribimos para salvarnos de los inacabado

porque descreemos de las definiciones

 

escribimos para romper los límites del grito

porque nos cerca la soledad

nos ronda la tristeza

y a veces nos alcanza la alegría

 

escribimos porque no entendemos

o porque entendemos demasiado

 

escribimos porque tarde o temprano

habrá que reconocerse más allá de los espejos

 

y porque seguimos recorriendo nuestros días

con una colección de silencios

para aprender los nombres de la ausencia

 

 

 


En Lecciones de ausencia

 

               Editorial Candaya

 

              (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

Cassiano Ricardo (Brasil; 1895-1974).

 

Café-Express

 

Café-Express —está escrito en la puerta.
Entro muy apurado. Aturdido,
por haberme despertado tan temprano.
Y listo. Parece mentira:
el café cae en la taza de uno maquinalmente.

Y siento el gusto, el aroma, la sangre caliente de Sao Paulo
en esta pequeña noche líquida y olorosa
que es mi taza de café.

***

Mi taza de café
es la síntesis de todas las cosas que vi en la estancia y que vuelven a mi memoria apagada.
Por mi memoria avanza un carro de bueyes que se detiene frente a las tranqueras del camino.
En mi memoria se posó un ave chimango chillón
       y pasan unos hombres
       que llevan sobre sus hombros
       cestas multicolores
       con granos de café.
Y chispean allá dentro, en el fondo de mi corazón,
unos ojos negros de campesina pícara que me están mirando
con su vestido de romera y los pies descalzos.
Y una casita color de luna en la tarde escarlata-rosa.
Un picaflor verde susurrando con el pico hundido en la flor color de sol que brotó en el jardín.
Y el estanciero calculando la cosecha de las espigas.

       Pero sobre todo
aquellos ojos de terciopelo de la campesina pícara que me mira
       como dos grandes gotas de café
       que me cayeron en el alma
       y me dejaron tan pensativo.

Ay, no tengo tiempo para pensar en estas cosas.
Estoy apurado. Apuradísimo.
La mañana ya bajó del trigésimo piso
de aquel rascacielos colorido donde vive.
Escucho a la vida gritando allá afuera.
Dos cruzeiros y salgo. La calle es un vozarrón.
Sube-y-baja de gente que va a las fábricas.
Ir y venir de automóviles. Bocinas. Carteles.
Compro un diario. ¡El Estado! ¡El Diario Nacional!
Me levanto la solapa del abrigo, por el frío.
Y me voy al trabajo, pensando.

Oh mi Sao Paulo.
Oh mi sirena de cabello rojo.
Oh ciudad de los hombres que despiertan antes que nadie en el mundo.

 

 

  En: Poesía contemporánea del Brasil. Selección, traducción, prólogo y notas de Santiago Kovadloff. Fabril Editora, Buenos Aires, 1972

 

(Fuente: Nexos)

 

Ludwig Zeller (Calama, Chile, 1927 - México, 2019)

 

 

Insomnio con escamas

 

 
Un pez cruza mi sueño cada noche
Y abre un túnel de incienso en las almohadas,
Sobre el vidrio que es piel, que corta el aire
Pega después sus párpados, escucha: las aguas me rodean
De una a otra pared siento temblar sus hojas cristalinas.
 
¿Todo está aquí? ¡Respóndeme! Ola de vientre
Oscuro, signos que alguien dibuja allá en el fondo
Como estrías del mismo espejo siempre.
Si venimos del pez, del hueso ardiente
Empeñado en abrirse en sus espinas, si no hay piedad
Si en el estanque pasan la red día tras día,
¿En dónde están los ojos que nos miran, en dónde la raíz
De ese lamento, las ascuas del insomnio en las agallas
Que se inflan, se prolongan, buscan un metal frío?
 
De ese país que lentamente se alza en las paredes
Secas del día y las semanas salen a recibirme las escamas,
Me incorporo entre llagas, pregunto por amigos
Que no existen, que son polvo molido por la lluvia,
Me pesa cada trozo, cada porción del alma que recuerdo.
 
¿Estáis allí?, pregunto. ¿Estáis allí? Invisibles
Golpean las agujas en el telar sediento
De la imagen y los vidrios se quiebran, se endurecen
Sobre la cicatriz de la corriente. Veo lágrimas
En el rostro final, el pez que vuelve cada noche en sangre
Que respira en mi almohada, que se quema en mi oxígeno
Y despierta
 
Tras el vidrio estoy solo,
Tal vez en otro sueño, dando gritos.
 
 
 
(Fuente: Hugo Toscadaray)

 

Eduardo LLanos Melussa (Chile, 1956)

 


CUADRO URBANO

 

Un mendigo yace en la vereda,
aquí en pleno centro de Santiago,
y dormirá esta noche a la intemperie,
dormirá todas las noches de este invierno apenas abrigado
por periódicos, y nosotros pasaremos a su lado cien veces
como el viento que arrasa
su lecho de papeles,
como un escalofrío más
en su cuerpo amoratado.
 
 

 

ACLARACIÓN PRELIMINAR

 

Si ser poeta significa poner cara
de ensueño,perpetrar recitales
a vista y paciencia del público indefenso, infligirle poemas
al crepúsculo y a los ojos
de una amigade quien deseamos
no precisamente sus ojos;
si ser poeta significa allegarse
a mecenas de conducta
sexual dudosa, tomar té con galletas junto a señoras relativamente deseables todavía y pontificar
ante ellas sobre el amor
y la paz sin sentir ni el amor
ni la paz en la caverna del pecho;
si ser poeta significa arrogarse
una misión superior,
mendigar elogios a críticos
que en el fondo se aborrece,
coludirse con los jurados
en cada concurso, suplicar
la inclusión en revistas
y antologías del momento,
entonces, entonces,
no quisiera ser poeta.
Pero si ser poeta significa sudar
y defecar como todos los mortales,
contradecirse y remorderse, debatirse entre el cielo y la tierra, escuchar no tanto a los demás poetas como a los transeúntes anónimos,no tanto a los lingüistas
cuanto a los analfabetos
de precioso corazón;
si ser poeta obliga a enterarse
de que un Juan violó a su madre
y a su propio hijo y que luego lloró terriblemente sobre el Evangelio
de San Juan, su remoto tocayo,
entonces, bueno, podría ser poeta
y agregar algún suspiro
a esta neblina.
 
 
 

A LOS COMPAÑEROS DE UNA GENERACIÓN PRESUNTA

 

Colegas, cohabitantes de la misma caleta, malabaristas
del mismo circo pobre
en que hoy yo desnudo mi rostro:
afinemos y afilemos este idioma para el poeta que vendrá
y que será más grande
que nosotros, -nosotros
los que extraviamos el camino
a cada rato, los que escribimos
en vitrina sin siquiera darnos cuenta-.
Trabajemos, hermanos,
por el poeta que vendrá,
dignifiquemos este oficio
que también
es más grande que nosotros.
 
 
 

VERDADERO-FALSO TESTIMONIO

 

Hombres ranas venideros
que buceen en algunas
lagunas mentales de críticos
y antólogos
de estos días perdidos en el polvo
y el ruido de milenios
que chocan: créanme si digo
que nunca usé la poesía
como garrocha para batir
el récord mundial del salto
o del asalto cualitativo ni tomé
a los colegas por colchonetas
que amortiguarían mi caída
ni me erigí en cometa ni en aerolito
ni orbité en el cielorraso de nuestro Parnaso prefabricado ni adulé
a burócratas ni a burrócratas encargados de accionar
las catapultas sobre
los tinglados culturales
ni maquiné enroques entre la Torre de Babel y la Torre de Marfil
ni tendí puentes levadizos
ni cavé túneles secretos
para traficar alegremente
entre el museo y el supermercado
ni limosneé patrocinios
entre hombres de empresa
o de pre$a ni cultivé
el arte de sentarse
entre dos sillas mascando
a dos carrillos
ni me arrodillé ante los pontífices
de la estética estática y estítica
ni rogué que me dispensaran
sus aguas bautismales
ni ofrecí mi boca de alcancía
para recibir sus hostias narcotizantes
ni practiqué la picaresca
de hacerme hospedar
en sus conventos
para reptar de noche hasta
las despensas y embriagarme
con sus vinos añejados desde
la Edad Media.
No evité polemizar con los capitanes de la intelligentsia
mientras patrullaban nuestras revistas y exposiciones
y nos escupían en francés algún consejo para dejarnos al día
con la última moda de Europa o Nueva York.
No confundí el análisis semiológico
con el análisis semilógico
ni construí mis poemas como puzzles para dos o tres profesores que pasaron por la universidad
sin que la universidad pasara
por ellos y que terminaron doctorándose en algún café
cercano a La Sorbonne.
No confundí la alambrada histórica con la alumbrada histérica
ni a los hombres de letras
con los hombres de palabra.
Ni creí en los abismos
con que la prensa separaba
a preferidos y preteridos
ni lancé salvavidas de plomo
sobre las cabezas
fe mis compañeros de naufragio
ni supuse que la Vía Láctea fuera una nodriza contratada
por el Padre Cósmico
para mi amamantamiento.
Pero es cierto también que ahora,
al balbucear y bucear
en mis propias lagunas mentales,
me sorprendo in fraganti
a mí mismo proclamando
ideales libertarios en un tono impositivo, igual que un almirante jubilado que se desgañita
arengando a una tripulación inexistente, poniéndome y sacándome y poniéndome
de nuevo la máscara del desenmascarador.
Así que ya no sé quién soy
ni quién no soy y prefiero
interrumpir aquí
este verdadero-falso testimonio.
 
 
 
(Fuente: Marcelo Sepúlveda Ríos)

 

Henri Michaux (Bélgica, 1899 - París, 1984)

 

 

 EL DÍA, LOS DÍAS, EL FIN DE LOS DÍAS

                  

                              Meditación acerca del fin de Paul Celan


  .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..

   En silencio, apedreado a muerte por sus pensamientos


   Aún otro día en un nivel inferior. Gestos sin sombra

   ¿Qué siglo debemos mirar, para ver?


    Helechos, helechos, puede que sean suspiros, por todas

                                        partes, suspiros

    El viento dispersa las hojas sueltas


    Fuerza de los bastidores, hace un millón ochocientos mil

                                          años la gente

    ya nacía para pudrirse, para morir, para sufrir


    Ya hemos tenido días como estos

     tantos días como estos


     día que se traga el viento

     día de pensamientos intolerables


      Veo hombres inmóviles

       yaciendo en gabarras


      Fuera de acá.

      Lo que sea, fuera de acá.


      La larga cuchilla de la ola detendrá la Palabra.

 


 (Del libro "MOMENTOS: Cruces del tiempo.")

 




    PEREZA


   Haraganeando: interminable sueño inalterado

   sueña la vida (un paréntesis fluido)


   Por todos lados, proyectos, planes, partidas,

   edificios que caen, se levantan, se levantan de nuevo,


  Sueños de la pereza

  de su pozo, cada vez más profundos

 


 (De "DESPLAZAMIENTOS, DESVINCULACIONES")

 

 

Traducción Robert Rivas:

 

 Traduje ambos textos del inglés, sin la versión francesa ori-

ginal. Pequeños agregados a la muy incompleta traducción

de los trabajos de quien es para mí el mayor poeta del siglo

XX. (Alguna vez tengo que decirlo, ¿no?). De paso: no esta-

ría nada mal una vida dedicada a traducir y difundir la poe-

sía de Henri Michaux. 



      

      FUENTE




     Henri Michaux. Darkness Moves. Anthology: 1927-

1984. Selected, translated and presented by David Ball. 

University of California Press, 1994.

 

 

(Fuente: Idiomas Olvidados)



 

Borja Ruiz de Vergara (España)

 

 

DESPUÉS

 

 

Después un largo y profundo túnel

Hecho en silencio.

 

Horadado en la piedra del silencio

Hecho de silencio

Para respirarlo en la piedra.

 

Existieron en el silencio de la piedra.

Allí no se podía vivir, pero vivieron

En el interior de la piedra vaciada

De palabras

 

 

AHORA

 

 

Ahora deambulamos entre palabras

Horadadas por serpenteantes túneles.

 

Vivimos en el exterior de las palabras

Inteligentemente minadas.

 

No es casual

 

Habitar en el interior de un silencio

Repleto de palabras vaciadas.

 

 

SIEMPRE

 

 

Muy cerca de la playa siempre hubo

pinares dulces donde morir despacio

y una ermita cerrada para admirar

las adelfas que rumian sus muros

 

y detrás una casa blanca para pecar

y generosas daliedas donde besarse

y ángeles de lino que al batir sus alas

proveían de tenue brisa y celebración

 

para que la vida se merezca una palabra

y al menos otra sea conciencia y otra más

NOSOTROS.

 

 

 


             En Harenis

  

            (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

Marisa Martínez Pérsico (Buenos Aires)

 

 

FRANCOTIRADORES DE SARAJEVO 

 

¿Por qué no vamos
de vacaciones a Bosnia?
Ha sido tu pregunta
de estos años. 
 
Hojeabas la revista Bell’Europa
y andabas por la casa
con un cuadro
del antiguo cementerio judío. 
 
En la foto de la tienda
que reza “Cvjecara”
las flores germinan en la roca
a través de los impactos
de mortero. 
 
Hay orquídeas en venta,
para los amantes
y los muertos, me decías. 
 
¿Por qué no organizar
un viaje a Herzegovina,
este verano? 
 
Estabas triste a destiempo. 
 
Por entonces
eras solo un muchacho
de familia opulenta
que franqueaba el confín
de los Balcanes
por tumbarse en las playas
sin bombas del Egeo. 
 
Pero es fácil ser lírico
con la tragedia ajena. 
 
Pavonearse entre los símbolos
con temas prestados
sin usar las rodillas
como patas de perro
por burlar a los maquis
del Bulevar Selimovica. 
 
¿Por qué no vamos
a Mostar,
aunque sea unos días? 
 
Yo tenía trece años.
El padre de mi amiga
amanecía pegado
a una emisora europea
para oír del asedio,
de su hermano en Markale,
de esa Miss Universo
coronada
en un sótano. 
 
Yo escuchaba The Cult
en la otra sala. 
 
La pureza no duele
cuando el mal no nos toca.
Después de Sarajevo
no es posible mirar una criatura
sin vendarse los ojos. 
 
No volviste a insistir. 
 
La llevarás, ahora, de la mano
al osario de tórtolas
del cuadro. 
 
Y todo está en su sitio,
amor,
no te disculpes. 
 
Yo tendré otras montañas. 
 
 
 

LENITIVO 

 

No hay
como leer cartas de amor
de otras épocas. 
 
Esto también pasará. 
 
 
 
 

RECONQUISTA DEL PASADO 

 

Este prado del norte
es el bosque de ovejas
de mi infancia en el sur. 
 
Me lleva siempre a México
un único aeropuerto,
en un vuelo de Avianca. 
 
El vértice izquierdo
de cualquier dormitorio
vio a mi padre morir.
 
Caminábamos
vestidos de uniforme,
bajo un sol sin sorpresas.
En un rincón del sueño
nos dijimos adiós.
Desde allí, cada sendero
es del color de las losas
que pisamos dormidos. 
 
Quise posar mi oreja en tu costado
por saber si latía, remiso, un corazón.
Desperté antes de tiempo. 
 
Los buques
en que hemos naufragado
van tocando mojones de memoria
al fondear otros puertos peregrinos. 
 
Pero estas calles etruscas
no consienten piratas del asfalto.
Sin tu nombre, mis ojos
desmenuzan
un orbe de jazmines. 
 
La atmósfera respira
de hoja en blanco. 
 
El mundo vuelve a ser
una promesa.

 

Ezra Pound (EEUU, 1885 - Italia, 1972)

 

 

Canto XXIX, final

 

 

La torre, marfil, el cielo despejado
Marfil rígido a la luz del sol
Y la pálida claridad del firmamento
Phoibos de caderas estrechas,
El fresco corte del aire,
Flor cortada en el viento, por Helios
Señor del borde de la Luz, y abril
Un remolino en torno a los pies del Dios,
Belleza en una carreta con asnos
Sentada sobre cinco bolsas de ropa para lavar
Eso creo que fue en el camino de Perugia
Que lleva a San Piero.
Los ojos de topacio marrón,
Agua de arroyo sobre arena marrón,
Los mastines blancos en la ladera,
Suave transcurrir del agua, luces y las proas,
Picos de plata surgiendo de la noche,
Piedra, rama sobre rama,
las lámparas fluidas en el agua,
Pino junto al tronco negro de su sombra
En la colina troncos negros de la sombra
Los árboles derretidos en el aire.
 
 
   trad. Jan de Jager

 

Thomas McGrath (EEUU, 1916-1990).

 

 

LA EVOLUCIÓN DEL ALMA

 
Donde una vez amé mi carne,
esa sociable compañera,
ahora quiero la seguridad del hueso
y aprecio el silencio de mi esqueleto.
 
Donde una vez recorrí el mundo
a la caza del demonio
ahora encuentro la oscuridad y el vacío
dentro de mí.
 
Primero para ser bueno, más tarde para ser feliz
trabajé y rogué.
Antes de la medianoche, como el diablo,
maté a mi querido amigo.
 
Con esperanza en la esperanza, sueño más allá del monstruoso sueño
busqué el mundo.
Ahora, en la negra pendiente y la medianoche de la desesperanza
me doy cuenta de que siempre estuvo aquí.
 
 
________________
en "The Movie at the End of the World: Collected Poems", Swallow Press/Ohio University Press, Athens, Ohio, 1972. Versión de Jonio González. 
 
 

THE PROGRESS OF THE SOUL

 
Where once I loved my flesh,
That social fellow,
Now I want security of bone
And cherish the silence of my skeleton.
 
Where once I walked the world
Hunting the devil,
Now I find the darkness and the void
Within my side.
 
First to be good, then to be happy I
Worked and prayed.
Before the midnight, like the foul fiend,
I killed my dear friend.
 
Hope unto hope, dream beyond monstrous dream
I sought the world.
Now, at the black pitch and midnight of despair,
I find it was always here.
 
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Desiree Cooper (EEUU)

 

 

CUATRO HAIKUS

 
hojas caídas:
un regalo de los bosques mañaneros
huellas de las pisadas de un amigo
 
***
 
una gota de lluvia cae
sobre el adobe y la arcilla rotos
mojando sólo su propia sombra
 
***
 
en los bosques
huye corriendo de las abejas
muchacho de ciudad
 
***
 
en el campo
calabazas abiertas al sol
cosecha perdida
 
_____________________
en "A Quarterly Journal of Japanese Short Form Poetry", vol. 6, nº 4, invierno de 2008. Versiones de Jonio González. 
 
 

fallen leaves—
a gift from the morning woods
footsteps of a friend
 
***
 
a raindrop falls
on the cracked adobe clay
soaks only its shadow
 
***
 
in the woods
he runs from bees
urban boy
 
***
 
in the field
pumpkins split open in the sun
forgotten harvest
 
 
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Ruzha Velcheva (Bulgaria, 1946)

 

 

Ícaro volverá a nacer

 


En el vientre de hormigón
del viejo bloque
hace ya tiempo que el tiempo
se detuvo

Durante el día, entre las húmedas paredes
en secreto acontecen
las desgracias soportadas
los insultos sufridos
y las mentiras
radioactivas
y televisivas

Los enfermos no tienen
esperanza
aquellos que de salud gozan
viven en miedo
los jóvenes
sin juventud
los ancianos
le ruegan a Dios
que los acoja ya
en su reino

Huele a judías
sopa de callos
y aguardiente
de marca blanca
pues la dieta
mediterránea
es impensable
e inaccesible

Las paredes torcidas
están tapizadas
con facturas
sin pagar
facturas
imposibles
facturas
asfixiantes

Los niños juegan
al escondite
en las camas
pues los patios
de hormigón
están cubiertos

Tampoco hay bodas
hay convivencia
No hay nacimientos
solo ataúdes
abandonan el bloque

Pero de noche
bajo el ojo atento
de la luna
un futuro Ícaro
en esta triste
atemporalidad
еxtenderá sus alas
 
 

incluido en Vallejo & Co. (25 de abril de 2020, Perú, trad. de Marco Vidal González).
 
 
 
(Fuente:  Asamblea de palabras)

 

Isaías Garde (Buenos Aires, 1964)

 

 

calandrias

vi
calandrias en la
voz de la
loca las estrellas
estaban
también en
la voz
de la
loca las estrellas
de la buena
fortuna
rotas

estaban en  su
voz  yo las
vi  vi
calandrias
picoteando en la voz
de la loca los
vidrios de las
estrellas
rotas

picoteando
la sal
de vidrio la sal
quemante la sal
que salaría lo
desalado

 

 

(Fuente: Isaías Garde - Textos en transición)

 

viernes, 30 de julio de 2021

Anaïs Nin (Francia, 1903 - Estados Unidos, 1977)

 

 

Riesgo

 
Y entonces llegó el día
en que el riesgo
de seguir encerrada
en un capullo
era más doloroso
que el riesgo
que encerraba
florecer.
.....
 
 

[Trad.: Gerardo Gambolini.]

Agustín Zumaeta Basualto (Chile, 1920 - 2010)

 

 



A ROBERTO PARADA *

 

 
Una vez más caemos a la muerte
sin término;
pero este hombre tan alto,
tan potente, tan duro,
que parecía hecho de sustancias
de roble,
cayó hace muchos días bajo
el filo salvaje del hachazo cobarde
que le talo a su hijo.
Ahora ya las cosas son sin remedio.
Se condena a los reos comunistas
para siempre al infierno.
¡Y el cielo está de par en par
abierto para sus asesinos!
No es justo, es imposible,
no lo acepto.
No puede ser.
No es bueno que los hombres
de abrazo libre
y corazón fraterno sean proscritos
de la tierra madre por concebir
el aire y la estatura sin ajustarse
al último decreto del que reparte
el pan discriminado.
Ahora estoy llorando hasta
la sombra
volviéndome a los puntos cardinales
preguntando a los cielos y a la tierra
la razón de esta sinrazón horrenda
de que esta voz que embalsamaba
el aire con su recia ternura haya tenido que salir a buscar
lejos de Chile
la almohada de su muerte.
 
 
 

LA FUGA

 

Mis hermanos duermen.
Son la pena
dentro de la càrcel.
Mis hermanos duermen.
Su conciencia
cesa de enrostrar delitos.
Mis hermanos duermen.
Los legisladores
establecen leyes.
Mis hermanos duermen.
Sólo un centinela
atrapado en su torre.
Mis hermanos duermen.
En sueños se evaden
saltando los muros.
Mis hermanos duermen.
No queda uno solo
en la cárcel. 
 
 
 

ORDEN

 

Habría que haber puesto
orden a tiempo,
haber trazado
las lineas divisorias,
las enérgicas
alambradas de púa.
Me decían
que era posible
que me arrepintiera
de que la casa echara sombra,
de que el árbol
produjera
sus hojas anualmente,
que era posible
que me arrepintiera
de tener cinco dedos en la mano.
Y yo me arrepintiera
del crepúsculo,
pero el crepúsculo era,
Y yo me arrepintiera de la casa ;
pero la casa era y de la mano
y de sus cinco dedos ,
y de la rueda y de la superficie
inclinada en pendiente
¡todo era !
Y sigo arrepintiéndome
del mar y las montañas,
de los árboles,
y del ladrido concertado
y múltiple
de los perros heridos por la luna
que ahí están
¡ y me muerden ! 
 
 
 

EXTRAÑO

 

Me desconocen los que fueron mío
Soy uno que pasó. Ni aún mi nombre
ha quedado en su voz.
De su memoria ha quedado
barrido para siempre,
Más extraño que nunca,
me mantengo a distancia
del viento y la marea;
y mientras los que bullen a mi lado
corren, gritan, aúllan, gesticulan,
trepan por escaleras, se encaraman
para alcanzar el vuelo de las nubes
yo me mantengo hermético,
callado, ausente, esquivo,
extraño como nunca,
mientras la soledad irreductible
clava en mi libertad su aguda lanza.
 
 
 

ARISTAS

 

De repente me dicen
los que saben
que yo no sé,
que yo no entiendo,
que ando
perpetuamente equivocado,
que niego
que haya rosas de cemento
en el bolsillo,
que arden
con la dureza firme
de sus pétalos,
que abren
su dura maravilla
bajo un árbol,
junto a una casucha
de madera,
tanto por la mañana
como ahora
en el atardecer de las arterias.
Tengo que confesar,
hermanos míos,
no haberlas visto nunca,
ni haber tenido ante mis ojos
una de estas rosas tan útiles,
tan duras,
tan necesarias
para la paz del alma
y sus confines,
tan imperiosas
para el horizonte
que nos aguarda
en una enredadera
que desistió de su costumbre
de anudarse a un balcón,
a una ventana
que ya debiera estar
definitivamente cerrada.
Yo no la he visto;
pero existe y siento
que me es estrictamente necesaria
 
 
 

ARTE POÉTICA

 

Me he pasado la vida lleno
de miedo por la luz imperfecta.
No, esto no anda
y menos se remonta.
Los que han presenciado
mis intentos de marcha,
me alientan a que siga.
Y algunos, unos pocos me han visto
haciendo esfuerzos con las alas,
me dicen que eso es vuelo
que, hendiendo las nubes,
alcanza las estrellas.
Pero yo no les creo.
Me quedo en esta duda:me propongo ensayar otra vez
y, a mi juicio, o a mi mal juicio,
que eso es punto dudoso,
no resulta el intento.
La palabra no prende.
La lámpara no inunda
de resplandor el sueño.
El cielo permanece infranqueable
para mi corta brisa.
En el silencio, es cierto,
la palabra exacta,
la palabra está llena
de resplandores mágicos;
algo como un ritmo inédito
que me mece entre sus brazos,
los querubines surcan los cielos
infranqueables;
el alba está más pura que el rocío
recién editado.
Pero ocurre solo en el silencio.
Cuando hablo, caigo a la tierra.
 
 

 

ÓRDENES 

 

Una palabra y otra palabra
me dicen: "Cántame" y yo las canto;
una palabra y otra palabra
me dicen: "Lárgarme" y yo las largo;
una palabra y otra palabra
me dicen: "Túmbame"y yo las tumbo;
una palabra y otra palabra
me dicen: "Rezame" y yo las rezo;
una palabra y otra palabra
me dicen: "Cántaro" y yo las quiebro;
una palabra y otra palabra…
Cruzan las sílabas por mis ojos;
cruzan las sílabas por mis manos;
cruzan las sílabas por mis dientes;
cruzan las sílabas las palabras.
Y así me pasó días de días
en este juego sin reticencia,
en ese juego sin consistencia,
en este juego sin más violencia,
que la del trébol, la de la arena:
soplan los vientos y el polvo vuela,
Una palabra y otra palabra
me dicen: "Lábrame" y yo las labró,
me dicen: "Sóplame" y yo las soplo.
 
 
 
 

ESTE VIEJO NOGAL

 

A un lado, apegado a la tapia
vecina, en el patio de mi casa,
se alza un viejo nogal,
un nogal seco.
Yo lo recuerdo con su garbo mozo:
era el nogal acogedor: sus hojas
refrescaron las horas del verano
y, al llegar la frondosa primavera,
los pájaros, alegres, le contaban
su alegría, la luz de la esperanza
y hasta hacían nido de amor
entre las ramas.
Estaba el nogal siempre cada día,
sabedor de su ilustre ministerio
y sonreía cadenciosamente,
cada vez que algún pájaro posaba
con su pájara,
y hacían un amor de ala y gorjeo.
Ahora está el nogal trágicamente seco:
su tronco, recio tronco resistente
se mantiene inflexible soportando
los fieros ventarrones del invierno
la gran temperatura del verano
y, no obstante su trágica finura,
sus ramas retorcidas hechas muerte
aún los pájaros se le aproximan,
lo saludan con vuelos circulares
y cantan a la vida que no ha muerto,
que no puede morir.
 
 
 

ECO DE LA REAPARICIÓN

 
Fueron siete años o setenta . Ignoro
si fueron más: si fueron setecientos
o setecientos mil millones de años.
Los viví y los Mori todos los días,
varias veces al día y a la hora,
de suerte que no sé, que ignoro
el número
por el que habrían de multiplicarse
las muertes que morí
conscientemente;
los viví recordando y olvidando
y regresando al puerto del recuerdo
en silencio no más, sin una súplica,
sin una sola lágrima visible
que trasladará el corazón al río,
el aire al río, la esperanza al río.
Y cuando estaba decidido todo
y el retorno en verdad y sentimiento
estaba prohibido por los árboles,
y por la ley, y por el calendario,
regresas como ahora has regresado,
y me desvelas y me soliviantas
y me quiebras los ojos y las manos
me invades y me trepas,
me preguntas, qué fue del corazón en tantos años, qué fue del mar
que contemplamos juntos,
que fue del río que fluía; y abres
un poco, levemente, con prudencia,
el rincón ignorado de la luna
que solo han visto los aventureros
que la vuelan en torno cada cierto
número de millones de años.
Todo está como al principio
de los tiempos y por dentro del mar
que estaba quieto empieza una inquietud de maremoto
que podría arrasar playas y puertos, ciudades tierras adentro,
defendidas por el acero
y concreto armado.
Y yo quisiera lo que ya no quiero
querer y, sin embargo, canto
y lloro porque pasaste tú.
 
 
 
*lv
OBRA: No Se Ha Extinguido El Sol(1991)
 
 
(Fuente: Marcelo Sepúlveda Ríos)