Cuatro poemas
Cuatro poemas
Sóplame al oído (dijo) que no vaya a decir ninguna estupidez
al oído y luego a la boca (sóplame) (dime ahí) en lo cóncavo
ahí (desde ahí) que resuene tu voz en silencio adentro
tu voz con todos sus sonidos en silencio (en lo cóncavo)
─pensó─ y pensó en ese caracol que es el oído
ese caracol que escucha la espiral ─pensó también─
la voz entrando (o saliendo) por la espiral
(ahí sóplame) ─dijo─ al fondo de esa espiral arriba
la escalera de caracol?
─pensó─ el vértigo de la caída
como si no pasara nada/ pero todo pasa
un susurro al oído ─eso es todo─ el aliento cálido que entra ─el caracol que se estremece─ eso es todo
la vida ─pensó─ es un susurro.
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Espero que se reconozca (dijo) (dije) ─ pensando en el texto─
en la forma del texto en la conciencia del texto
espero que se reconozcan en el tejido de voces (dijo ella o él) en el tejido de tonos ─espero─ (dijeron ellos) y luego se quedaron callados
espero que se reconozca en ese hueco (dijo) en esa sombra de la voz
en ese aliento indiferente (pensó la vieja/ pero no dijo nada)
tose (alguien tose) interrumpe el tejido las voces la conciencia del texto
se detiene
(espero que no dure mucho) (que no dure demasiado) pensó el viejo casi sin pensar
en silencio sonó la voz las voces tronaron mudas debajo de las palabras
las voces sonaron (ahí) debajo de cada letra ─sin sentido─ (pensó ella)
sonaron las voces detrás del texto voces tejidas (pensó) con otras voces:
un alambre sonoro plástico flexible
debajo un ladrido un ronquido respiración aliento
qué imagen de quién soy?
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Naturalmente nadie está a la altura de nada
nadie dice nadie hace ni se puede (quizás)
quizá nadie dice todavía porque aún es muy lejos
allá algo suena (dicen los que oyen) algo suena, resuena, pero nada de oír
no llega aquí el sonido ─sondeando tiempos─
de aquí a aquí hay sólo un milímetro de nudos
de aquí a allá más nudos
naturalmente todo funciona así sin funcionar
(adentro) todo resuena a nada
a nadas
así en plural
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Le da por hablar y hablar sin parar no siempre
a veces habla a veces no le da por decir cosas que sabe
por decir cosas que no sabe o que otros saben
como sombra detrás de las palabras de otros
como sombra le da por hablar
por decir siempre lo mismo a veces por decir otras cosas
cosas que sabe o que recuerda le da por decir “perro”
o dice “casa” dice “barco” y jamás ha estado en uno
o dice “monte” o “río” como si supiera dice todo lo que se le ocurre
“lápiz” también o “pantalón” cosas que sí conoce que ha tocado
(o eso dice) dice “mariposa” cuando ve una entonces dice “pájaro”
cuando escucha alguno dice “flor” o “sol” sólo por decir algo
sólo por decir dice le da por hablar y hablar sin parar
por hablar y escucharse por hablar y ver la sombra
de lo que dice los restos ─ lo que dice tiene sombra ─
(o eso es lo que dice) yo no sé.
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Del libro La marcha hacia ninguna parte (Komorebi Ediciones, 2018)
Fuente: El Golem, Revista Literaria
(Fuente: Oscar Vicente Conde)
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