San Valentín
En la tarde de mi despedida,
un enjambre de mariposas me siguió,
son negras y extrañas,
son delgadas y mortíferas,
duermen desnudas al rededor,
déjalo y sobre mi cama.
Soy un rehén de las mariposas,
no me dejan gritar,
no me dejan mirar por la ventana,
no me dejan hablarte,
no me dejan pedirte perdón.
El enjambre entero recorre la casa
y tus fantasmas lo combaten,
cuando logres verme, no huyas,
cuando nos encontremos, abrázame.
Las mariposas no saben lo que hay dentro nuestro.
Las mariposas no saben si hemos sufrido.
Pero yo siento mucho, yo siento el mundo respirar
siento al mundo sudar, y llorar,
y siento al mundo pedir perdón.
(Fuente: Ana-líticamente poeta)
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