miércoles, 23 de febrero de 2022

Juan de la Fuente Umetsu (Lima, Perú, 1963)

 

  tres poemas










Vide cor tuum (fragmento)




Creo que a veces la flor se sale de la flor
Y el fuego del fuego
a veces fuego y flor se abrazan separados
La vida es este poema
Que intenta quedarse
Pero se va siempre cuando regresa
La palabra vuelve a hablarnos
Nos llama y su llamarada nos reúne
Me reúne finalmente con los míos
Si tienes una hija un hijo
Esconde el golpe sonríe
Y dile al enemigo que la muerte se acaba
Otras flores han nacido
Para crecer en ti
En el fuego
Fundemos el regreso el renacer
Funda un imperio en ti
En el fuego en el aire en el agua
La tierra nos camina
Se hunde el cielo
El dios canta
Dicen que es mucho lo que sabe de nosotros
Y poco lo que sabe de sí mismo
Se abren las compuertas:
Un caballo es arrojado contra el camino
¡Cuidado! Últimamente todos hablan mucho de sí mismos
Yo escucho ¿no será que solo
Me escucho a mí mismo?
El mundo mira de reojo a la noche
A la noche le crecen puertas y ventanas
Y también escapa
La luna cae sobre el cielo
Hasta extraviarse entre las aves
Solo una mirada imprevista nos salva de caer al sol
Hay un tigre
Míralo: esconde sus armas
Te observa dócilmente pero ya eres suyo
Otra vez la eternidad nos toca
Fugaz intermitente
Entre tú y yo hay pueblos que se alejan
Permanecemos al borde del fuego
Como sí quisiéramos entrar como si quisiéramos huir
Solo la flor cabe en la flor nunca más en tu mirada
Nos perdemos ahora en una ola infinita
Que se acaba
A pesar de ti
Absuélvete de todo condénate a quedarte
Aléjate mientras el mundo se queda
Entra en ti mismo y despídete
Despídete mientras contestas
La más difícil de las preguntas:
“Bien es solo una palabra fácil de decir”
Contéstale a la noche
Sin propósito de enmienda
Noche sola encerrada en su luz
Alguien habla a lo lejos y al hablar nos aleja
Los muros de mi casa sudan una rara mezcla de cocina y danza
Corremos por los campos para quedarnos poco a poco en el trayecto
Nos dejamos ir para reencontrarnos con lo que se fue
Y aquello de lo que huimos
Se transformó en abrazo
Un abrazo abierto como una plaza
Por la que caminamos
Lejos de nosotros
Descubro el salto de una bailarina sobre las miradas
Los pasos y los puentes
Siento lo que ella ya no siente
El latido de las olas en su corazón y el mío
Su primer paso
Sobre la tierra
Atravesada de luces o puentes
En ella todos los tiempos caen
A un mismo tiempo
La sabiduría es otra lluvia
Muchas veces lluvia
Muchas veces lodo
Por llegar a la casa correcta
Te quedaste camino del mar
Le dijiste algo a alguien que murió sin la muerte
Tu belleza —le dijiste— es tu lado más feo
No mires dos veces
El mismo espejo
El mismo cuerpo
Entra en la flor y arde
Recuerda esa mirada sobre todo lo invisible
Ese momento en que tus hijos se abrazan
Y tú sabes en secreto
Que te están abrazando a ti
La levedad tiene más peso que la historia
Y los lugares comunes más poder
Que las frases elaboradas
Llega el momento de la restitución
Hay objetos máquinas hiriendo la última noche y el sueño primordial
No hemos nacido ni muerto
Adviene la noche pero tú ya no nunca más nosotros

~
 

Elegía del comienzo



Sigo el azul de tus pasos
como si fuera a perderme
definitivamente
en el mar

Mar de otros tiempos y otras batallas
Mar que en el mar se fecunda para abrirse a la noche
Mujer desnuda y sin límites
caminando la calle hasta dejar atrás al mundo
cuando estalla la mañana y la luz
sin embargo se apaga

Mar de lágrimas como estrellas
que salen de tu cuerpo y tienen forma de aves
De aves negras fundidas en el blanco de tu corazón

¿Cuántas veces te he nombrado, amor?
¿Cuántas veces te he nombrado, para olvidarte,
corazón?

Tú siempre has ido delante de mí
como un camino desatado

Presa en los látigos del aire
rompiste la roca
y el cerro que la cobijaba

Ahora vienes
Y si es tarde inventa otra tarde
Y si es demasiado tarde ya
no inventes más tardes
Sólo arrúllate

En la palabra final está el comienzo
de todas las palabras

Deja que te hable el mar.

~


Apuntes para un arte poética



Se trata de no hallar preguntas ni respuestas
Se trata de no hallarse nunca entre los encuentros de la noche
Se trata de huir de la noche para tenerla a nuestro lado
Una mezcla de sueños y piedras amándose alrededor del fuego
Se trata de ser el fuego, de atizarlo con el agua para acabar con 
    los espejos
Se trata de terminar con los contrarios y las analogías para
    reconocerse en la mirada.
Darse la mano, abrigarse con los mismos ríos y escapar hacia
    el naufragio.
Noticias del mediodía perdido en la medianoche
Y en la apariencia de santo y loco acariciando los incendios
Solo así te encuentras
Mitad pez mitad camino
Se trata de quedarse mudo no intentar nada taparse los oídos
Dejar que nos asesinen con silencio las palabras.

***

 


Vallejo & Co.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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