domingo, 20 de febrero de 2022

Sergio Gómez Reátegui (Perú, 1973)

 

Escribo de mi juventud
esa fruta descascarada arrojada sola
con mis moscas
en el pavimento.
 
Escribo y no me da vergüenza
decir que mi cuerpo
era el sueño de dos artesanos
y me crecieron senos.
 
Escribo que los poetas
no viven de aplausos
sino de cervezas
y que sus botellas son
importantísimas
como sus mujeres
que a solas en casa
los ahorcan.
 
Escribo y estoy tan solo
que si mi sombra me abraza
le doy frío.
 
Escribo que la poesía de mi generación
no sabe en qué cama despierta
ruiseñores amamantados por el embuste
que borrachos llaman musas a sus escobas
Escribo que mi padre ya es abuelo
y que siempre se entendió mejor
con sus periódicos que con nosotros
que mi madre es una tortuga
y que su caparazón nos protegerá
hasta el día en que se muera.
 
Escribo porque hoy me desperté
con ganas de hacer cosas importantes
como por ejemplo volverme dormir
Escribo y la noche me mira
con sus ojos falsamente coloreados.
 
Escribo y en los bulevares
el rebaño se manosea
escribo sobre un papel ajado
sobre un papel desechado
escribo con los ojos
con las manos
con el lápiz de mi sexo
que el amor alguna vez llegará a este recinto
a este recinto alguna vez llegará
como una ruidosa ambulancia
y ese será por fin
mi poema.
 
 
 
(Fuente: Festival de Poesía Lima)

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