Sangre de agosto
(publicado en Nuevo Hombre, nº 46, agosto de 1973)
1
Puede la nieve cubrir la tierra por un siglo
mientras el desierto soporta la hambrienta luz del cielo
blanco.
Puede el sur ser más bello que el norte de fuego
pero para mí siempre será Trelew la región de la muerte
de mis hermanos.
No olvido la sombra de los rendidos en el aeropuerto
(las armas en el suelo
sonrientes como acabadas de nacer
con el coraje intacto
entregadas a un enemigo infame)
y aquella imagen de muerte del capitán de la Marina
surgida de las cenizas de batallas imaginarias
prometiendo garantías en nombre de un sistema inmoral.
(Otras escenas iguales en vileza
forman la historia oficial de mi patria.
Bravos capitanes sucios como éstos
asaltan la imaginación de nuestros hijos
para gobernar en sus almas
un vasto país corrupto).
2
Hermanos queridos
compañeros presentes para siempre
asesinados en un cuartel de tinieblas en el sur
cuando aquí en Buenos Aires
la incipiente primavera
abría el sol verde del sueño.
Hermanos míos
muertos para que nosotros alcancemos la vida
oculta en días no nacidos
corazones abiertos hacia el mar.
(Fuente: Irma Duce)
No hay comentarios:
Publicar un comentario