domingo, 28 de agosto de 2022

Rafael Alcalá (Málaga, España)

 

POR EL QUICIO DEL VIENTO

 



 

            Como un destello en la noche más oscura…”, así define el autor la greguería en la “Nota a la edición”, con la que abre este nuevo libro.

 

            Destello, resplandor, chispazo, centelleo… o, cuando menos o también, atisbo, indicio, señal… Que todo ello va surgiendo a medida que avanza el lector desentrañando ese chispazo que produce la fusión de la alegoría con la agudeza humorada, el destello de la realidad al choque con la idea; lo que uno ve contrastado con lo que siente, surgiendo el concepto.

 

Singular es en el autor desarrollar esos destellos en una sola línea, como si de un horizonte rectilíneo se tratara, evitando esa sensación de revolera torera, cuando el capote danza por encima de la cabeza del maestro.

 

Y singular es donde ubica su maestría poética: en el quicio del viento… “¡No vé!”, que diría un chavea del Llano de la Trinidad. “¿No habrá otro sitio, maestro?” El quicio del viento, bien lo sabe Alcalá en su dilatada obra, es el límite imprevisto que produce asombro. Desplazarse de allí donde el latido produjo la abstracción y la quimera es “desquiciarse” y no estamos para bromas en estos tiempos nuestros tan ahítos de absurdo y sin sentido.

 

Relámpagos de sinrazón –hachazos algunos- para que el lector acceda al quicio del viento y se deje llevar con sus propias conjeturas al decir de Alcalá, según observa el mundo el autor en esos latidos de filósofo humanista, acostumbrado a deambular en su vida por las trochas y senderos de la mismidad ignota, hasta dar con ella y convertirla en poema. Y todo fue destello…

 

Consignamos siete -número perfecto- de las greguerías ofrecidas que, a quien esta obra recensiona, le produjeron una cordial paralización del pensamiento. Un juego que –parece- Rafael Alcalá gusta brindar al lector con literaria maestría.

 

-          El final de la ola es el epifonema de un gran poema.

 

-          Dejó las cabras y tuvo el móvil más moderno. Ahora usa camisa de fuerza.

 

-          Si oyes la aguja caer en el agua, es que estás más vivo que nunca.

 

-          La niebla es perfecta: disimula todas las imperfecciones.

 

-          La ciudad de La Alegría existe. Allí carecen de wifi.

 

-          Cuando la furia se desata, las puertas de la razón se cierran.

 

-          El final de un libro no existe; se prolonga hasta un suspiro muy profundo.

 

Ahí queda eso… para el lector que quiera, por el quicio del viento, alcanzar el suspiro que contraste con tanta trivialidad en torno. Alcalá es maestro en conducirnos a ello.

 

 

 

En la Bahía de la Calma, Palma de Mallorca, agosto 2022.


         Fdo. Jesús Miguel Benítez

 

       Por el quicio del viento. Málaga 2022, 58 págs.

 

      (Fuente: Voces del extremo) 


 

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