EN LA ALTA NOCHE
En la alta noche escribo
desde mi baja condición humana.
El día ha pasado como un río crecido
de margen a margen arrasando.
Sobreviviente en esta orilla
del silencio y el reloj de la sangre,
escucho los ruidos de la casa y la ciudad
como los últimos signos
que quedaron detrás del paso
que ya no deja más persona viva.
Insomnes, almas en pena, parias,
son las últimas sombras
de este otro infierno, las últimas,
absortas, libres, tiritando
la soledad de un amor constante
más allá de la muerte.
Después del genocidio.
HASTA EL AGUA TE ESPERABA
HASTA EL AGUA TE ESPERABA
Hasta el agua te esperaba,
iba pasando, encorvando su lomo de lagarto
sobre la línea de la orilla,
sus ojos de luz clavados en el horizonte.
Los árboles masticaban sus verdes murmullos
y el sol dormía, colgado en el cielo.
El agua sigue pasando, lenta
como engañándome el tiempo.
Y allá donde muere el camino
el viento y la arena te simulan,
y el sol te da vida,
en un juego que aliento
para acostumbrarme a tu ausencia.
(Fuente: Meta Poesía)
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