lunes, 29 de marzo de 2021

Javier Adúriz (Buenos Aires, 1948-2011)

 

 

El nadador




Las últimas piletas son agrias. Llueve
tanto o más de lo pensado, aun
cuando los jazmines revienten
y las enredaderas se aúpen a los árboles.
Creeme... no se puede creer. Los huesos
hablan y el animal afina por debajo
una canción indescriptible. Igual,
no se quiere dejar de sonreír.
Hay algo en los recuerdos, vale decir,
en el seco ahora, en el puro y desaforado 
ahora, que no importa demasiado
si el resto se vuelve confuso y breve,
fragmentario. Lo interesante está aquí,
en este aquí del tiempo, aunque la casa
finalmente esté sola... o vieja... o devastada.
 

                                               para Jorge Olivero
 
 

En  "La verdad se mueve", 2008, Poesía completa, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2014
 
 
(Fuente: Otra iglesia es imposible)


 

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