miércoles, 31 de marzo de 2021

DANIIL KHARMS (Daniil Ivanovich Yuvachev, San Petersburgo, 1905 – 1942)

 

 

LLUVIA DE VIEJITAS
 

Una viejita se cayó por una ventana porque era demasiado curiosa. Se cayó y se rompió en pedazos.
Otra viejita se asomó a la ventana y miró a la que se había roto en pedazos, pero como era demasiado curiosa también se cayó por la ventana, se cayó y se rompió en pedazos.
Luego una tercera viejita se cayó por la ventana, y una cuarta, y una quinta.
Cuando la sexta viejita se cayó por la ventana yo me aburrí de mirarlas y me fui al mercado Maltsevsky, donde decían que le habían regalado una bufanda tejida a un ciego.
 
 
 

AGENDA AZUL N° 10

 
Había una vez un pelirrojo que no tenía ojos ni orejas. Tampoco tenía pelo, de modo que llamarlo pelirrojo era solo una forma de decir.
No podía hablar, porque no tenía boca. Tampoco tenía nariz.
Ni siquiera tenía brazos o piernas. No tenía estómago, ni espalda, ni espina dorsal, y tampoco tenía otras entrañas. No tenía nada. De modo que es difícil entender de quién estamos hablando.
Será mejor entonces que no hablemos más de él.
 
 
 

LAS COSAS
 

Orlov comió muchos frijoles fritos y murió. Y cuando Krylov vio a Orlov muerto, también murió. Pero Spridolov murió sin razón alguna. La esposa de Spridolov se cayó en la cocina y también murió. Pero los hijos de Spridolov se ahogaron en un estanque. Mientras tanto, la abuela de Spridolov se volvió alcohólica y se fue de vagabunda. Pero Mikhailov dejó de peinarse y se enfermó. Kruglov le dio un latigazo a una dama y enloqueció, Perehvostov compró un alhambre por 400 rublos y se sintió tan deprimido que le prendieron fuego.
Las personas buenas no están aptas para tener una posición segura en la vida.
 
 
 
(Fuente: Hugo Toscadaray)
 
 

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