jueves, 1 de octubre de 2020

Gottfried Benn (Alemania, 1886 - 1956)

Chopin

 

 

Nada brillante en la conversación,

Los puntos de vista no eran su fuerte,
Los puntos de vista, hablar por hablar,
Cuando Delacroix desarrollaba teorías,
Él se inquietaba, porque no podía
Fundamentar los nocturnos.

Un amante frágil;
Sombras en Nohant,
Donde los niños de George Sand
No aceptaban sus consejos didácticos.

Enfermo del pecho en esa forma,
Hemorragias, cicatrices, fibrosis,
Que se prolonga durante mucho tiempo;
Una muerte silenciosa,
Lo contrario a los paroxismos
Del dolor o disparos,
Aproximaron el piano (Erard) a la puerta,
Mientras Delphine Potocka
Le cantaba en la última hora
Una canción violeta.

Viajó a Inglaterra con tres pianos,
Pleyel, Erard, Broadwood.
Tocaba un cuarto de hora por veinte guineas
Al caer la tarde, en casa de los Rothschild,
Los Wellington, la Strafford House,
Ante incontables portadores de la Orden de la Liga,
Ensombrecido por el cansancio, cercano a la muerte,
Regresó a su casa
En el Square d´Orléans.

Allí quemó bosquejos.
Y manuscritos,
Nada de restos, fragmentos, noticias.
Esas perspectivas delatoras—,
Al final dijo:
“Mis ensayos se completaron de acuerdo
A lo que me era posible alcanzar”.

Cada dedo debería tocar
Con la fuerza de su propia estructura,
El cuarto es el más débil
(Un siamés del medio).
Cuando empezaba los ponía
Sobre do, sol, mi, re.

Quien haya escuchado cualquiera de
sus preludios,
ya fuese en casas de campo
o en las montañas,
o en terrazas abiertas,
por ejemplo, en un sanatorio,
no podrá olvidarlos fácilmente.

No compuso ninguna ópera,
Ninguna sinfonía,
Sólo esas trágicas progresiones
Plenas de convicción artística
Y con las manos pequeñas.

 

 

 

Trad. J. M.ª Pérez Gay (con un retoque mío) Ada Trzeciakowska



(Fuente: Ada Lírica)


 

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