viernes, 30 de octubre de 2020

Ted Berrigan(1934, Providence / 1983, Nueva York, Estados Unidos )

 

 

LXXVI             




Me despierto con dolor de espalda por la cama blanda Pat
se fue al trabajo Ron a clases (yo
nunca escuché ningún sonido) es mi cumpleaños. Me pongo
los pantalones de cumpleaños la camisa de cumpleaños  voy a ADAM’S compro una
pepsi para el desayuno vuelvo a casa la tomo tomo una pastilla
Estoy colocado. Hago tres lecciones de griego
para compensar la clase que falté. Leo un libro de cumpleaños
(de Joe) sobre Juan Gris su nombre verdadero José Vittoriano
Gonzáles me detengo a la mitad leo todos
mis poemas me regodeo un poco en una nueva balada rápido evito los viejos
sonetos imitaciones de Shakespeare. Vuelvo a los libros. Leo
poemas de Auden Spenser Pound Stevens y Frank O’ Hara.
Odio los libros.
Me pregunto si Jan, Helen o Babe
alguna vez piensan en mí. Me pregunto si Dave Bearden todavía
me tiene rechazo. Me pregunto si la gente habla de mí
en secreto. Me pregunto si soy demasiado viejo. Me pregunto si me engaño
con las pastillas. Me pregunto qué hay en la heladera. Me pregunto
si Ron o Pat compraron esta mañana papel higiénico .

 

 



Despedida


para Costa



nunca son como en las películas
en las películas dicen antes algo importante
siempre
uno se queda y el otro se va
despacio
con un gesto triste
(mirar por encima del hombro, atarse los cordones
llamar a un taxi)
cuando la figura ya es diminuta y está fuera de foco
justo antes de doblar en alguna esquina
y desaparecer
nunca se putean antes
y cuando uno se va dando un portazo
el otro se queda mirando la puerta como si algo fuera a pasar
nunca nada interrumpe la imagen
en las películas
una chica nunca desaparece para siempre
al borde de la escalera del aeropuerto
entre dos hippies y una familia de gordos
segundos después de esquivar tu beso mientras te dice
no te olvides de lavar la ropa
por favor, Ted.

 

 




Traducción: Patricio Grinberg

 

 

(Fuente: El poeta ocasional)

 

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