NECESIDAD DE LA MÁQUINA DE
CALCULAR
Los
búhos de cráneo transparente
todas
las mañanas engendran el mismo paisaje en sus ojos
de
allí parten las sonámbulas vestidas de frío
para
descender las desnudas escalas barométricas
de
allí parten galopando las pestañas
para
alcanzar la cumbre más alta de la pasión
los
búhos de cráneo transparente
confunden
el tiempo y la realidad
confunden
el hombre y la miseria
confunden
la ciencia con el sueño
sólo
la máquina de calcular
puede
aclarar la inmensa confusión que nos rodea
es
necesario calcularlo todo
es
necesario estudiar el origen de los precipicios
calcular
el número de mujeres de rostro roído por la niebla
calcular
la ferocidad de los dientes
calcular
los denominadores frenéticos
calcular
los ríos que corren por la memoria
calcular
las personas que se detienen bruscamente en los puentes
calcular
el vértigo de las láminas sumergidas
calcular
los escalofríos
los
castigos
la
buena voluntad que se enfría
LAS GRANDES SEQUÍAS
Oh
moscas templadas en las oraciones del terror
tierra
caliente, prometido alabastro que no llega
dura
es la mirada donde el cielo corre feroz por el pavimento
y
las cabelleras inaccesibles vierten sus sedas
hembras
infinitas rodando por el declive del tiempo
El
sol adusto descubre su tatuaje, insolente se yergue el manantial de
polvo
vacila
la primavera que retrocede hasta donde anclan las primeras luces
he
ahí las manzanas sorprendidas y un apagado rechinar de dientes
para
resistir tu imposible mirada de metal
Antes
de desaparecer cruje el hilo de arena, tu letargo se rompe,
telaraña,
tu temblor no se atraviesa
el
sembrador de angustia pierde altura, el suelo magullado ya no soporta
su
carga
los
frutos se agotan
cosecha
de diciembre
cosecha
de olvido donde nadie pide tregua.
HORIZONTAL
Horizontal
frente
al pájaro irreparable, la herida lenta
el
tiempo acosado por lobos verdes
la
columna destrozada, el ojo que habla a la noche
los
lobos se apaciguan
sólo
es verde el paisaje
sólo
es horizontal la mirada
anteojos
rotos, materia de fuego
la
llamaremos la exquisita sal de los misterios.
PARA QUE LAS MOMIAS SE
TORNEN
INCANDESCENTES
Saltarás
de la oscuridad a la luz henchido de clemencia
sin
solemnidad, con el tacto con que se persuade o fracasa
cuando
el mono busca su estrella dentro de los acontecimientos
brillando
desatinadamente en la opulenta ventana hacia la calle
Saltarás
sobre el punto en que la garganta cede, huella invisible del desertor
y
los idiomas parlamentan en la conjunción de la voz ahogada
y
encontrarás palabras llenas de natural encanto
como
poeta, catequista, político honrado, visión crepuscular
y
te espantará el recrudecimiento de la gripe
en
las estaciones abiertas a todos los impulsos
abiertas
a medianoche con sus sonrisas de días templados
para
llegar jadeando casi a la puerta de la izquierda
donde
descubrirás a la mujer que huye, oh tu castigo
roedor,
murciélago
vendiendo
porcelanas hasta la culminación de agosto
hasta
que las ratas abandonen tu próximo viaje, el que no se decide
hasta
alcanzar la fecha, la fecha frágil de los encuentros
y
perder a los naipes y asomarse a la molesta ventanilla del suicidio
y
nada más, oh trenes, descendiendo a tiempo de la fiebre
descendiendo
del hambre con prudencia rectangular
Con
rectangular prudencia
encenderás
la mirada inexpresiva de los peces
navegante
que recorres el sentido vertical del agua
con
cierta elegancia sostén de un declinante prestigio
y
con la agonía del último esfuerzo
interpretarás
fielmente la locura de los dioses, la confusión de los hombres
Activo,
resueltamente sutil, casi al nivel de la aventura
saltarás
sobre la teoría de la conversión de los pasos en exquisitos
[instrumentos
para torturar la sospecha
saltarás
hasta el mismísimo punto de congelación
donde
las miradas llenas de resentimiento retardan los amores
y
ofrecen su helada mano a la amistad o al desprecio
Desequilibrio
puerto
seguro para refugio de una convulsión de milímetros por segundo
y
viajeros que multiplican rumores en el gran corazón de tu equipaje
con
su prédica descorazonante y su capacidad de viaje ilimitada
bebedor,
bebedor de oscuridad y violencia
recorres
a grandes saltos la cámara de los errores
persiguiendo
sin alcanzarlas
mujeres
apasionadas envueltas en su lluvia insinuante
y
con la existencia en estado de alerta
recoges
el secreto impalpable de las palabras, el encantamiento del
[séptimo
día
He
ahí la vigilia que espera imperturbable
La
hora exacta en que la vida se produzca.(Fuente: Revista El humo)
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