viernes, 31 de agosto de 2018

Morten Søndergaard (Dinamarca, 1964)


"Soberano (Este bullicio 10)"

¿Hay alguna pregunta?
estoy al aire libre

y montones de imágenes hundiéndose
se inyectan en el cerebro con fuerzas cambiantes

y tenemos que ser soberanos
cada palabra es un abracadabra

que da acceso al mundo
y las estrellas son

gotitas de sudor
que iluminan la piel de la noche

increíblemente las cosas nos sonríen
y nos hacen creer

que somos nosotros
quienes decidimos

decimos
que existen lugares

donde podemos decir lo que queramos
allí estamos ahora pero

no podemos explicarlo.
 
 
 
 
(Fuente:  Asamblea de palabras)
 

Diana Bellesi (Rosario, Argentina, 1946)


Manhattan revisited

Gano las calles
por la basura. Pasión
de cazar de no
terminar de más
La vida tranquila no es
para el puma. Le lleva
a muerte y siempre
recuerda ¿qué? la jungla
Singular
estado presente
donde se es, nadie
Partida en dos
por el verde
tierno de los parques
tienden un lecho
para ambos
lados del horror. País
hambriento
de servidumbre
coloreada. Como los
Asmat
de Nueva Guinea. "Están
hambrientos" dijo
la guardiana del Metropolitan
"se comieron al antropólogo
-un tal Rockefeller- mire
sus caras, usted puede
verlas, gente desagradable" dijo
nosotros los comimos
a ellos dije
y todo
lo que poseen -sus naves
maravillosas de veinte
metros de largo hechas de una
sola pieza con gárgolas de
niños en las proas
abrazados, sus totem
de falos erectos
convirtiéndose en
pequeños equilibristas
en la cima
para honrar
la vida en los funerales,
máscaras y vestidos
comimos y aún más
en la negra vasija
ritual comimos
su espíritu

polvo
vuelto en las nítidas
salas de los museos dije
estamos hambrientos también?
"Yes", dijo, "New York tiene
hambre también"
y se abre
suntuosa bajo la sombra
de los gingo
fósiles de la China
guardando el fin
como los homeless
guardan la ciudad
"La he convertido
en mi amiga" dijo. Hablábamos
de la muerte
bajo el rosado
calor de junio. Las flores
de Georgia O' Keeffe
abiertas
completas casi nos
dejan sin aliento
con la lengua afuera
Ver
los motores brillar
en el vacío tan
lejos de casa tan
cerca de todo temblor
desconocido. Reino
inestable del puma
los barrios
abigarrados como frutas
ácidas que calman
la sed:
"Pepe se está culiando en el rufito"
-he is taking cool on the roof-
está tomando fresco en la terraza dijo
la vecina puertorriqueña. Castellano
disolviéndose en la ciénaga. "Today
I walked into the sunset"
Es nuestra esta ciudad






(Fuente: Caína bella)

Wislawa Szymborska (Polonia)

Sobre la muerte sin exagerar



No entiende de bromas,
de estrellas, de puentes,
de tejer, de minería, de cultivar la tierra,
de construir buques, de hacer pasteles.

En nuestras conversaciones
sobre los planes para mañana
mete su última palabra
que no viene al caso.

No sabe ni de aquello
directamente relacionado con su oficio:
ni cavar una tumba,
ni improvisar un ataúd,
ni recoger después de trabajar.

Ocupada en matar,
lo hace torpemente,
sin método, sin habilidad.
Como si con cada uno de nosotros
apenas empezara a aprender.

De acuerdo, tiene éxitos,
pero ¡cuántos fracasos,
cuántos golpes fallidos
y cuántos nuevos intentos!

A veces le faltan las fuerzas
para derribar una mosca en el aire.
Con más de una oruga
pierde la carrera de arrastrarse.

Todos estos tubérculos, vainas,
tentáculos, aletas, branquias,
plumajes nupciales y pelajes de invierno
dan fe de los atrasos
en su pesado trabajo.

No bastan las malas intenciones,
e incluso nuestra ayuda con guerras y revueltas
es, por ahora, insuficiente.

Los corazones golpean en los huevos.
Crecen los esqueletos de los bebés.
Las semillas consiguen sus dos primeras hojas,
y a menudo se convierten incluso en altos árboles en el horizonte.

El que afirma que es omnipotente
es una viva muestra
de que no es omnipotente.

No hay vida
que, aunque sólo por un instante,
no sea inmortal.

La muerte
siempre llega con ese instante de retraso.

En vano sacude la manija
de esa puerta invisible.
Lo vivido
ya no se lo puede llevar.



(Fuente: Biblioteca Ignoria)


jueves, 30 de agosto de 2018

Salvador Dalí


“El gran masturbador”



 
Fragmento
A pesar de la oscuridad reinante
la noche estaba en sus comienzos
en los bordes de las grandes escalinatas de ágata
donde
fatigado por la luz del día
que duraba desde la salida del sol
el gran Masturbador
su inmensa nariz apoyada sobre el piso de ónix
sus enormes párpados cerrados
la frente corroída por horribles arrugas
y el cuello hinchado por el célebre forúnculo
que bulle de hormigas
se inmoviliza
extático en ese instante del crepúsculo
todavía demasiado luminoso
mientras la membrana que recubre enteramente su boca
se endurece a lo largo de la angustiosa
de la enorme langosta aferrada
inmóvil y apretada contra ella
desde hace cuatro días y cinco noches.
Todo el amor y toda la embriaguez
del gran Masturbador
residía en los crueles ornamentos de oro falso
que recrubren sus sienes delicadas y blandas
e imitanla forma de una corona imperial
cuyas finas hojas de acanto bronceado
se prolonganhasta las mejillas rosadas e imberbes
y continúan sus fibras duras
hasta fundirlas
en el alabastro claro de su nuca.
en Antología de la Poesía Surrealista, 1961

Aldo Pellegrini, antologador

Originalmente en La femme visible, 1930











Angel Crespo (España, 1926 - 1995






Con el tiempo, contra el tiempo





La poesía es como una aguja en un pajar. Cuando el poeta, por fin, la encuentra, la esconde otra vez entre la paja.

La poesía es como un cazador que sale al monte con eu gavilán, y lo caza.

La poesía es como un campo sembrado de trigo. Llega el dueño y pregunta: ¿Qué desalmado expulsó de aquí a las langostas?

El poeta es como un cazador que tiene un arco y un rifle: lanza las flechas al aire y las persigue a balazos.

Cuando el poeta encuentra el dracma, se siente más pobre que cuando la estaba buscando.

La poesía es como un niño que juega en la playa con un cubro y una pala. Un sabio que se pasea meditando repara en él y le dice: ¿Cómo pretendes, criatura, sacar toda el agua del mar con un cubo de juguete? ¿No ves, hijo, que es imposible? Y el niño le responde: Yo no pretendo sacar el mar, sino quitarle un poco de sed a la arena. La poesía es como ese sabio, si se hubiera puesto a echar arena al mar.

La poesía es como una piedra en medio del camino. El buen poeta tropieza con ella y cae. El mal poeta nos la tira a la cabeza.

Lo discursivo puede ser poético, siempre que el discurso pague los platos rotos.

Lo evidente no hay que escribirlo.

Para ser capaz de decir algo, hay que renunciar a decirlo todo.

Algunos poetas parecen ignorar a la décima musa: la que aconseja no escribir.

Quien no se admire de hablar y que le entiendan, no lea poesía.

No escribas para el presente ni para el futuro, sino para los capaces de entender.

Lo más absurdo que puede escribirse es la biografía de un héroe.

La poesía no es la palabra en el tiempo, sino el tiempo en la palabra.

Sólo quien es capaz de soledad puede convertir el agua en vino.

Quien no sabe estar solo es incapaz de compañía. ¿Cómo podría sufrir otra compañía quien es incapaz de tolerar la propia?

La frontera del solitario no es su propia piel, sino el universo de sus intuiciones.

Antes se castraba a la gente para que su voz sonase mejor; ahora, para que no suene.

Antes de escribir, hay que aprender a no hacerlo. Los fundadores se retiraban durante años al desierto, no para meditar, sino para cumplir este aprendizaje.

El poeta grande no evita necesariamente los lugares comunes porque sabe usarlos con magnanimidad.

El exceso de sinceridad en la poesía, como en el trato, es un egoísmo y, en último término, una falta de educación.

Es una inmoralidad confundir la poesía con la moral.

No sólo son reaccionarios quienes sólo piensan en el pasado: también lo son aquellos que no piensan más que en el futuro.

Todo discurso sin zonas de oscuridad es convencional y carece de inspiración. Pero oscuridad, en este caso, no quiere decir falta de lucidez.

La poesía está hecha de lo que se dice, pero también de lo que se calla. Por eso, quien lo dice todo no es poeta. Quien lo calle todo, tampoco, pero resulta menos molesto.

La poesía flor se marchita y fenece cuando pasan sobre ella las sombras de lo profundo, de las cuevas del hombre y de las cosas. La poesía estalactita es bella en las entrañas del mundo, y cuando se la expone al sol o penetra en sus antros una luz cualquiera, resplandece y muestra su permanencia.
La poesía flor responde a la lluvia con prisas y aprisiona dentro de sí las aguas exteriores. La poesía estalactita se sirve de esas mismas aguas -una vez interiorizadas- y las deja gotear y ausentarse para quedarse sola en su cuerpo continuo, apretado, improfanable.





(Fuente:  Poesía de El Toro de Barro)




_________________________
©  Herederos de Ángel Crespo.
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.
 


José Lezama Lima (Cuba, 1910-1976)

Llamada del deseoso



Deseoso es aquel que huye de su madre.

Despedirse es cultivar un rocío para unirlo con la secularidad de la saliva.
La hondura del deseo no va por el secuestro del fruto.
Deseoso es dejar de ver a su madre.
Es la ausencia del sucedido de un día que se prolonga
y es la noche que esa ausencia se va ahondando como un cuchillo.
En esa ausencia se abre una torre, en esa torre baila un fuego hueco.
Y así se ensancha y la ausencia de la madre es un mar en calma.
Pero el huidizo no ve el cuchillo que le pregunta,
es de la madre, de los postigos asegurados, de quien se huye.
Lo descendido en vieja sangre suena vacío.
La sangre es fría cuando desciende y cuando se esparce circulizada.
La madre es fría y está cumplida.
Si es por la muerte, su peso es doble y ya no nos suelta.
No es por las puertas donde se asoma nuestro abandono.
Es por un claro donde la madre sigue marchando, pero ya no nos sigue.
Es por un claro, allí se ciega y bien nos deja.
Ay del que no marcha esa marcha donde la madre ya no le sigue, ay.
No es desconocerse, el conocerse sigue furioso como en sus días,
pero el seguirlo sería quemarse dos en un árbol,
y ella apetece mirar el árbol como una piedra,
como una piedra con la inscripción de ancianos juegos.
Nuestro deseo no es alcanzar o incorporar un fruto ácido.
El deseoso es el huidizo
y de los cabezazos con nuestras madres cae el planeta centro de mesa
y ¿de dónde huimos, si no es de nuestras madres de quien huimos
que nunca quieren recomenzar el mismo naipe, la misma noche de igual ijada descomunal?

miércoles, 29 de agosto de 2018

Daniel Orozco

¿DE QUÉ LADO ME ACUESTO AHORA?

¿De qué lado masca la iguana?

Se preguntaba seriamente Sócrates José



¡Qué importa! 

Dijo Aristóteles Ramón


Ya no hay misa de seis
Exclamó Quico Niches


Me dijeron que
Me duerma del lado derecho
Del cuerpo, no de la cama


Qué para que no se
A-pu-chu-rre
El corazón


Yo venía manejando la 
Acostada del lado izquierdo
Para hacer la digestión


¿y ahora quién diga
Que me explique
Quién tiene la razón?


Pues el mundo
Dijo Hegel
Y lo mandamos al cuerno
Por ser alemán


 

(Fuente:  Revista El Humo)

Eduardo Milán (Uruguay, 1952)


A  LOS VEINTE AÑOS TU SEXO OLÍA PROFUNDAMENTE...

A los veinte años tu sexo olía profundamente,
antiguo, tibio, una raíz sin frío, precaria
aun viniendo de un pasado tan hondo, mítico
de atreverse a atravesar la selva sin ser visto.
Voz de ánima en pena que busca un continente,
África donde agarrarse, desgarrada. Pero volviendo,
el sexo de la mujer tiene una autonomía rara
como si le perteneciera y como si le fuera ajeno,
ajenjo, independiente, estado ebrio. Vive en la fiebre
su larga memoria que lo habilita al delirio. Sus labios
son verdaderos labios. Una raíz que no es una raíz
pero parece por su resonancia. A partir de un punto
el poema son innumerables ecos, aguas liberadas, felices
de expansivas después de ser tocadas.


EL SOL, SOL DE DOS NIDOS...

El sol, sol de dos nidos,
uno en la luz del día,
otro en la de la noche,
ahora bajo en calorías.
De ahí ese frío en verano,
esa tibieza en invierno,
ni  primavera ni otoño.
No sabemos qué ponernos
ya que estamos habituados
a ponernos algo. El sol
sería bueno que eligiera,
que el sol tomara partido.


HUMILDAD, LA FUENTE INAGOTABLE...

Humildad, la fuente inagotable
de recursos naturales es un río
que no quiebra, un río
que fue lluvia, una elevada
vertiente que cae
como toda la plata, finalmente.
El hombre del rocío en la cabeza
y en los hombros, el famoso rocío
de los prados, hoy canoso,
no es más que la humildad que anda,
el otrora verdura de las eras, cabizbajo.
No está solo: una bandada
anda empapada como voz de Neruda.
Ese río, dios mortal del mar,
renace en meaculpa de la lluvia.


EL ARTE NUNCA ES LA VERDAD…

El arte nunca es la verdad
pero hay momentos, hay momentos tan ausentes
como éste, en que la verdad es una forma de arte,
una mina, un trobar, El Dorado. Uno encuentra,
dos reconocen, tres cantan en trío -el trinar-,
cuatro cantan en coro. Y así, un sí de vez en cuando,
se descubre el momento. Cuando el momento se descubre
es casi un hecho. En este momento un hecho es un milagro
porque la verdad es una forma de arte, es el misterio
presente al que nadie se atreve. Por la melodía
parece que canta pero es un concepto,
el ruiseñor-concepto.




Fuente:  Revista El humo)

André Breton

Si solamente


Si solamente hiciera sol esta noche
Si en el fondo de la Ópera dos senos claros y resplandecientes
Compusieran para la palabra amor la más maravillosa capitular viviente
Si el pavimento de madera se abriera sobre la cima de las montañas
Si el armiño mirara con gesto suplicante
Al sacerdote de vendas rojas
Que regresa de la prisión contando los coches cerrados
Si el eco lujoso de los ríos que atormento
Sólo arrojara mi cuerpo en la hierba de París
Que no se hiela en el interior de las joyerías
Por lo menos la primavera ya no me causaría miedo
Si solamente fuera una raíz del árbol del cielo
Por fin el bien en la caña de azúcar del aire
Qué ves tú hermosa silenciosa
Bajo el arco de triunfo del Carrusel
Si el placer gobernara bajo el aspecto de una eterna transeúnte
Estando las Cámaras surcadas sólo por la mirada violeta de los paseos
Qué no daría yo porque un brazo del Sena se deslizara bajo la Mañana Que está de todas formas perdida No me resigno no a las salas acariciantes
Donde suena el teléfono de las multas de la noche
Al partir he prendido fuego a una mecha de cabellos que es la mecha de una bomba
Y la mecha de cabellos excava un túnel bajo París
Si solamente mi tren penetrara por ese túnel

Emily Dickinson (EEUU, 1830-1886


Nadie conoce esta pequeña rosa...



Nadie conoce esta pequeña rosa.
Podría haber sido una peregrina
si no la hubiera cogido yo de los caminos
y te la hubiera ofrecido a ti.
Sólo una abeja la echará de menos,
sólo una mariposa,
apresurándose tras un largo viaje
para descansar en su regazo.
Sólo un pájaro se preguntará dónde está.
Sólo una brisa suspirará.
¡Ah, pequeña rosa, qué fácil,
para alguien como tú, morir!

(trad. de Enrique Goicolea).

lunes, 27 de agosto de 2018

Luis Eduardo García (México, 1984)


SU TEORÍA HA DETECTADO UN PROBLEMA Y DEBE CERRARSE

Ayer quise escribir un poema llamado “Las margaritas mutantes de Fukushima”
justo antes de dormir.
Me mordió la música
y luego la imagen
capaz de construir cientos de escenarios
poblados con belleza deforme
y peligrosa. Una metáfora perfecta
de la poesía (pensé).
Tenía ya la estructura del texto cuando descubrí que su extrañeza no se debía a la
…..radiactividad
sino una condición del crecimiento llamada fasciación, por la que el meristema apical del tallo se alarga de forma perpendicular en vez de crecer en un solo punto para generar las habituales formas circulares.
Entonces todo se arruinó.
Quizás hay ciertas cosas de las cuales es mejor no escribir
porque no dan para tanto
o las metáforas son máquinas inservibles.
Sólo sé que ahora mismo
las margaritas mutantes de Fukushima escriben un poema
y encuentran justamente lo que quieren decir.
De Máquinas inservibles (inédito)
 
 
BIOGRAFÍAS Y VIDAS I

La Heroína caníbal nació en Varsovia (Imperio Ruso), en 1891. Sus padres, un exitoso comerciante y una profesora de piano, se mudaron a San Petersburgo poco después de su nacimiento. En 1900 la ingresaron en la prestigiosa Escuela Tenishevsky, misma en la que fue educado Vladimir Nabokov.
En 1908 decidió estudiar literatura en la Sorbona de París, pero abandonó la carrera para centrarse en dejar yonkis con los huesos al descubierto. Algunos años después regresó a San Petersburgo con el propósito de continuar sus estudios, pero la nueva política que excluía las sustancias nocivas de las universidades se lo impidió.
En los años veinte militó en el movimiento “acmeísta”, a la par que pudría por dentro a sus compañeros de generación. Es una mezcla de codeína, desomorfina, gasolina, líquido para encendedores y petróleo.
En 1922 se trasladó a Moscú con la intención de mejorar su fórmula.
Un poema contra Stalin le valió en 1934 un destierro a los Urales, donde carcomió la piel de sus amigos cercanos. Regresó a Moscú para ser nuevamente arrestada y condenada a trabajos forzados en Siberia.
Destruye cerebros en Vladivostok desde el 27 de diciembre de 1938.



BIOGRAFÍAS Y VIDAS IV

La Madre Napalm nació en Skopje, actual Macedonia en 1910.
Siendo todavía una niña, ingresó en la Congregación Mariana de las Hijas de María, donde inició su actividad de asistencia a los menesterosos. Al cumplir dieciocho años dejó su ciudad natal para perseguir su sueño de repartir fe y esperanza a lo largo del mundo.
Su vida fue un gran testimonio de amor a Jesucristo y al prójimo. Su ejemplo, un reto a la conciencia de la humanidad.
La Madre Napalm adora a chicos y a grandes. Ama a los balcánicos y a los hombres de piel oscura.
Ama a los desamparados.
La Madre Napalm es una gran conversadora y se viste muy bien.
Su cuerpo es delgado y suave.
La Madre
Napalm es más rubia que Marilyn Monroe.
La Madre Napalm nos salvará del frío.




(Fuente:  Jampster)

Vladimir Holan (Rep. Checa, 1905-1980)


Antes de nochevieja
 
¿Que traerá el viento esta noche?
¿La lluvia, la nieve o una carta?
¿Una carta de quién? .Una carta buena o mala?
Todo, hasta el mismo silencio
tiene algo que callar.
Pero todo, hasta lo inexpresable,
acabaran por decirlo los celos.

Sólo en la oscuridad
 
 
Deja que todo en torno tuyo se llene de hierba,
solo en la oscuridad están los dioses.
Los pájaros alzan el vuelo cuando
podáis los arbustos de espinos.
Incluso a los muertos la medianoche solamente los conoce.
!Mira!, en el cementerio,
con negra cola silbante,
apaga el caballo
las velas curiosas en humo ciego.
 
 
 
Un día por la mañana


Un día por la mañana, al abrir la puerta,
encontraste en el umbral los zapatos de baile.
Era para besarlos y tú lo hiciste enseguida
y volviste a sentir alegría después de tantos años,
todas las lágrimas largo tiempo contenidas
ascendieron a tu risa.
Luego te reíste y desde el alma rompiste a cantar
con la tranquilidad de la juventud...
No preguntaste qué hermosa
dejó los zapatos en el umbral.
Nunca lo averiguaste
y, sin embargo, de aquel feliz momento
aún vives con frecuencia...
 
 
Cuando llueve en domingo y tú estás solo
 
 
Cuando llueve en domingo y tu estas solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tu estas abandonado
y no comprendes como vivir sin cuerpo
y como no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
!no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.
El libro sostenido, el poema al caer...
 
 

 
 
Conocimiento
 
Si la vida navega siguiendo el curso de las aguas
y la muerte a contracorriente
no podemos conocer la desembocadura.
Si la vida navega a contracorriente
y la muerte siguiendo el curso de las aguas
no podemos conocer la fuente.

¿Cuándo?
 
Ciudades sexuales o montañas…
Como allí también aquí palpita
una nada lo bastante sensible
para dar prioridad a la ausencia
en las puertas del mundo.
Preguntamos .cuando?... Pero eso no es amor.
Y el mismo amor no es todavía un alma.
 
 
 
(Fuente:  Revista El Humo)

Leonard Cohen (Canadá, 1934-2016)


"Tres buenas noches"

De alguna parte simple de mí mismo
que no consigo agotar
tomé una bendición para las flores
que se crispaban en la noche
como puños celosos de amor
como nudos
que nadie puede deshacer sin destruirlos
La nueva mañana me arropó
en una bruma azul
como el polvo bajo un traje de boda
Después seguí al día
como una nube de pesadas ovejas
detrás del judas
ascendiendo por una rampa rodeada de sangre
hasta el terror de cada edificio negro

Diez años, viajes sellados sueños no ganados
Risas que intentaban tentarme hacia la senectud
vertidas por amigos estrellas carne desconocida mulas Mar
Instantáneo conocimiento de cuerpos material y espíritu
que aprendido lentamente hubiera hecho sonreír a la muerte
Historias convirtiéndose en teorías
que tan sólo rogaban el ser expuestas una y otra vez
Muchachas flotando sobre los capullos de mi boca
con un musculoso beso triangular
de boca ordinaria a boca secreta
No obstante, mi homenaje a vosotras pegajosas flores
rabinos verdes y rojos sirviendo al sol como bandejas
Al final me ofrecisteis el dogma que me enseñasteis
a desdeñar y yo como buen alumno lo desdeñé
Caí bajo las diagramadas praderas como el fragmento
de una estatua perfecta con estratos de ciudades construidas sobre él
Os vi poderosas y os vi felices
de que no pudiera vivir tan sólo para la siega
de que fuera un verdadero ciudadano de la lenta tierra
Luz y Esplendor
en las huertas durmientes
que penetran entre los árboles
como la procesión de una boda en una película muda
penetrando bajo los arcos de ramas
sólo por amor
Desde una colina observaba
respirar a las flores de manzano
que aspiraban la plata de la noche
como peces comiendo las esferas
de aire del agua del río
Así la iluminada noche alimentaba
las dormidas huertas
penetrando en las bóvedas de ramas
como una sagrada procesión
Larga vida al poder de los ojos
Larga vida a los escalones invisibles
que los hombres pueden leer en una montaña
Larga vida a la máquina desconocida
o corazón
que por deseo o accidente
vierte con gracia de vencedor
un clima interminablemente perfecto
sobre las perfectas criaturas
que amamanta el mundo.

sábado, 25 de agosto de 2018

Hugo Padeletti (Santa Fé, 1928 - 2018)


SIETE SONETOS


A un espejo


Yo quisiera mirarte, si supiera
que se refleja mi conciencia pura
en tu brillante y mágica lisura.
Pero que otro, mirándome, me viera 


como me miro en ti, insulta mi estatura
verdadera. En tu luna no aparece.
Viejo, pesado y flojo hasta las heces
me haces sentir. ¿Me incluyo en la futura

resurrección
de la carne en espíritu trocada?
Nada
que pudieras decirme

desmiente mi escamada
desilusión. Desiste, voy a irme.



A una silla


Parada en cuatro patas sólo esperas
que la pesada mole de un enano
te cubra, con las manos
ocupadas en juegos de la muerte.

Sabes de la molicie del verano,
del otoño con hojas herrumbrosas y peras,
de avatares en rueda de la suerte.
Conoces el vacío: sostenerte

sin que nadie tremole su bandera.
En tu vieja esterilla está moldeado
el peso del destino. Sobrevives

a la abstinencia, al vino, al ajetreo
cotidiano,
a la entraña con ojos que recibes.




A una cama


Tendida para el sueño de la nada
en que el durmiente encuentra el Paraíso,
levantas tu explanada
de entregado despegue sobre el piso.

Pero sabes de noches alumbradas
por un cometa insomne de locura,
de vigilias que encubren la impostura
de la mano que palpa o la mirada.

El dolor con un sello te ha marcado
de impaciencia y de angustia: ha penetrado
la lana del colchón y las varillas
vencidas.

Puedes hablar del sueño de la vida,
de la despierta sombra de la muerte.




A una mesa


Tus patas solevantan el apoyo
a la altura debida.
No te inquieta la suerte: está servida
con vinos, ensalada, pan y pollo.

El mantel que recubre tu lustrado
es blanco sin labrado
como la mente a la que nada cura.
Te iluminan las velas sin usura

que en claroscuro un diálogo establecen.
¿Los lares y los manes no merecen
tan piadoso ritual? Estás colmada

de blanca porcelana y de cristal
y, ya de sobremesa, un comensal
da gracias por la gracia deparada.




A una lámpara


Una curva del bronce te sostiene
por encima del libro que iluminas.
Desapareces en la luz que viene
de la escritura impresa, que fascina.

¿Cuántas noches de insomnio has deparado
un ámbito de dicha peregrina
a la mente despierta que se inclina
sobre un poema o libro iluminado?

Es verde tu exterior y difumina
el foco blanco que, interior, derrama
sobre oráculo chino su esplendor.

Escrutando los signos del destino,
alrededor, en suave resplandor,
camina el que medita su hexagrama.





A una palmatoria


¿Cuántas veces subiste la escalera
de vetustos palacios
arriesgando las sombras traicioneras
del espacio?

¿Cuántas veces prendiste en la consola
de encantados espejos
el quinqué que los rasgos arrebola
con cálidos reflejos?

Ahora, retirada de ese rito,
abrillantas de bronce mesa inglesa
y enarbolas tus velas de colores.

Erguida como falo entre las flores
¿ahuyentas con tu luz la suerte aviesa
o desvelas las letras de su escrito?





A un inodoro


                      No swan so fine
                             (Marianne Moore) 

Tu forma de escultura en copa blanca
recibe los desechos de la vida
y los arroja fuera, en su salida
hacia el río o el mar. esa es su banca.

¿Qué haría sin tu aséptico equilibrio
la fétida miseria repetida
de la carne que en viandas revalida
su vida y en ti salva su ludibrio?

Recibes en ofrenda el desperdicio
que hacia lares y manes de otras vidas
se vuelca por pulido precipicio.

No ofendes la mirada. En tu belleza
funcional se exorciza el maleficio
que acecha tras la incuria y la pereza.

Allen Ginsberg (EEUU)


UN SUPERMERCADO EN CALIFORNIA


Cómo he pensado en ti esta noche, Walt Whitman,
mientras caminaba por las callejuelas, bajo los árboles,
con dolor de cabeza, ensimismado en la contemplación
de la luna llena.
¡En mi hambrienta fatiga, y para comprar imágenes,
entré en el supermercado de frutas, soñando con tus enumeraciones!
¡Qué duraznos y qué penumbras! ¡Familias enteras
comprando de noche! ¡Pasillos llenos de maridos! Esposas
en las paltas, bebés en los tomates!; y tú García Lorca,
¿qué hacías allí, junto a las sandías?
Te vi, Walt Whitman, sin niños, solitario viejo harapiento,
hurgando entre las carnes en el refrigerador, y
mirando a los muchachos de la carnicería.
Oí las preguntas que le hacías a cada uno de ellos:
¿Quién mató las costillas de cerdo? ¿A qué precio las
bananas? ¿Eres mi Angel?
Anduve alternativamente por las brillantes pilas de
latas, siguiéndote, perseguido en mi imaginación por el
policía del negocio.
Juntos recorrimos los abiertos corredores de nuestra solitaria
fantasía, probando alcauciles, gozando de cada una
de las heladas golosinas,
y sin pasar nunca por la caja.
¿A dónde vamos Walt Whitman? Las puertas se cerrarán
dentro de una hora. ¿Hacia dónde apunta tu barba
esta noche?
(Toco tu libro, y sueño con tu odisea en el supermercado
y me siente absurdo.)
¿Caminaremos toda la noche por las calles solitarias? Los
árboles añaden sombra a las sombras, las luces de las casas
se apagaron, nos sentiremos solos.
¿Pasearemos soñando con la perdida América del amor
al lado de automóviles azules en las carreteras, camino
hacia nuestra silenciosa casita?
Ah, padre querido, barba gris, solitario y viejo maestro
del valor,
qué América tuviste cuando Caronte dejó de impulsar
tu barca y tú descendiste a una humeante orilla observando
cómo desaparecía la balsa sobre las negras aguas
del Leteo?





(Trad. de W. Shand y A. Girri)


(Fuente: La Traición del Hombre Topo)

viernes, 24 de agosto de 2018

Lajos Kassák (Hungría, 1887-1967)


"Arte poética" 

         

Lo salvable tendría que salvar
y sigo aquí sentado
grave
como una piedra
como un pájaro enorme
que, adolescente, herí y mudo en la sombra del saucedal se desangró.
En silencio, en el profundo silencio de la parte ignorada del mundo
escribo mis poemas que son al mismo tiempo para acá y más allá de la literatura
de las leyes de la costumbre
del éxtasis de los locos.
¡Basta ya de lo hermoso derretido,
de los efectos heredados!
Mi poesía no de la abigarrada lozanía de los sueños
sino del orden la geometría nace,
descuella la piel del fruto,
construye la planta,
dispone en el espacio los objetos,
hace a un lado las ruinas del pasado
y promete un futuro más bello.
He aquí la esencia de mi poesía
el contenido real de mis palabras
el sentido, según algunos insensatos, de mis confesiones
lluvia de fuego
y resonancia de granizo que,
de acuerdo con la ley de las contradicciones
a la vez viven una junto a otra
y colman los lugares
conocidos
e ignorados
del mundo.


           II

No es sólo el corazón quien canta ahora
ni sola es la lengua.
El agua de mis ojos
el blanco duro de mis dientes
la clásica estructura de mi cuerpo
la inconcebible materia de mi espíritu
los millones de cabellos de mi cabeza
los dedos de mis manos
como diez miembros obsedidos
de una orquesta
resuenan todos
para darle noticia de mí
al mundo.

Canto
en la luz
en la sombra
por los nacidos miserablemente
por los que luego se hicieron miserables
por los sordos
por los ciegos
por los faltos de fe
por las víctimas de la simpleza
por los que de la cima de los montes se arrojan a la muerte
y por los que a salir de la cueva no se atreven.

Canto
para que en alguien
ese canto resuene desde el fondo de su suerte
y sea capaz de partir
hacia la orilla
donde el útero de nuestra era está de parto
donde germina la simiente arrojada en el surco
donde la puerta del granero no tolera candado
donde el pastor su rebaño no abandone
donde el hombre reconozca a su prójimo
tome la mano
la materia
la herramienta
y cree
los signos
del sentido de su vida
rojos de sangre
negros de dolor.
 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)