domingo, 29 de octubre de 2023

Teresa Arijón (Buenos Aires, 1960)

 

ANAGNÓRISIS

 

 
Va perdiendo su lugar en el mundo,
como luciérnaga fugitiva que nada acecha y muerde
el hilo solitario de la noche con su luz.
Va perdiendo los árboles altísimos,
criaturas desterradas en los muelles exquisitos
de una civilización que se hunde.
 
Va perdiendo su lugar: el rumor de las hojas, las flores
de largos tallos, las mariposas azules, celestes, las chik-chaks
que ululan en la noche, los frutos menos oscuros, la senda infinita.
Como Godzilla, el gigante solitario cuyo linaje
contempló el hongo atómico con mirada inmóvil de lagarto.
 
Va perdiendo su lugar: la selva húmeda de ramas amarillas,
las tardes lentas, el humus secreto. (No hay venganza.)
 
La inmensa pata de Godzilla imprime su huella en las ciudades,
socava túneles, demuele en su insistencia.
Pero no hay venganza.
Sus ojos dorados devoran rascacielos y helicópteros
con la velocidad del fuego.
 
Pero no es venganza.
 
 
(Fuente: Mario Nosotti)

 

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