lunes, 30 de octubre de 2023

Diego Colomba (San Nicolás, Argentina, 1972)

 

¿Qué significa tener un poema en la cabeza?
 

Esta mañana
escribí
un poema
efectista.
 
Como
un cuento
se leía
de una sola
sentada.
 
Tenía
inicio
nudo
y desenlace.
 
Y alguno
que otro
indicio
del final.
 
Un poema
simbólicamente
sencillo
al que no
le sobraba
nada.
 
Pero
lo guardé
mal
en la computadora:
lo perdí.
 
Como si
lo hubiera
soñado
intenté
reescribirlo
en la vigilia.
 
Mi memoria
era la mano
de un chico
que borroneaba
y confundía
los hilos
del poema.
 
Con torpeza
quebraba
el símbolo
como si
fuera
una cucharita
de madera
hundida
en el helado.
 
Sin solución
de continuidad
mi poema
original
se había
vuelto
un mito.
 
Ahora
mis dedos
debían
soplar
las mentiras
de mi mente.
 
Soplar
hasta volverlas
un poema
posible.
 
***
 
 

Si me identifico por un momento conmigo mismo
 

En un rapto de naturalidad, le digo “mami” a mi madre y abrazo su cuerpo flaco. Mi madre no encuentra nada raro en mi demostración inusual de afecto. Me abraza como si ése fuera el modo habitual de despedirnos. Después se encierra en su nueva casa, con dos vueltas de llave. Yo apuro mis pasos hacia el trabajo. Con los ojos entornados por el sol, escucho la animación de la calle, una parábola ruidosa que no tiene explicación. 
 
​***
 
 

Más allá de cualquier inventario

 

Los habitantes de la casa se han ido a descansar. Nadie, felizmente, te reclama. Podés seguir recostado en el techo de la galería, entre marañas de cables y ramas. Entrever desde allí la lejanía del cielo. Una chispa de vida. Pero hay sombras o pájaros como dioses que hacen crujir las chapas. Y se niegan a dejarte solo.
 
***
 
 
 
En El lado de la sombra

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario