martes, 5 de junio de 2018
Iktami Davaux, (Buenos Aires, 1952)
Oda a la Santa Trinidad
Vivimos en un mundo
donde el número uno
impone su tiranía
desde hace siglos
La insistencia de la monogamia
asegura que muy pocos encuentran amor
en el imperio de la pareja
El monoteísmo hace cada vez más improbable
lograr una verdadera
evolución espiritual
El monocultivo crea desiertos
donde antes eran vergeles
Yo elijo ir contra la corriente
es por eso
que esta gloriosa tarde de verano
me encuentra en una mesa de patio
sentado junto a mis tres fieles compañeras
Apañado en la rutina
mi atención
se inclina primero hacia la Rubia
porque es liviana
de cascos ligeros
y su burbujeante esencia
no está equipada
para el fastidio de la espera
Mientras tanto
la Colorada
mastica la bronca
de nunca ser la primera
y la Negra sonríe sabia
con la certeza de ser
la última que ríe…
Hace tanto calor
que despacho a la Rubia
mucho antes de lo habitual
Mis dedos sorprenden a la Colorada
más fría que de costumbre
ya que no ha tenido oportunidad
de irradiar
toda la calentura de su enojo
Siento que he saciado
una buena parte de las ganas
que me ahogaban al llegar
Pero hay un rincón
en lo más profundo de mi ser
que sigue insatisfecho
un vacío
un anhelo
que sólo la Negra
sabe mitigar
Observo las jovencitas
que se contonean prácticamente desnudas
y se me escapa un suspiro de alegría
Mis ojos remontan vuelo
Hacia la cumbre del Piltriquitrón
me limpio el bigote
sedosa espuma de Negra
hecha vida en mis labios
y me sorprende el primer eructo
como delicia
de un proceso
tan orgánico
como vital.
Ahhhhhh…esto es vida
(Fuente: Caínabella. blog)
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