Aliento
El hálito del poema apaga todas la bujías del mundo
No hay más fósforos en el cielo ni en los bolsillos del viento
Hay el poeta y algo grande en torno suyo
Los astros del destino nadan sin ruido
Su aliento propulsor cambia la vida
Arrastra témpanos y borrascas encima del tiempo
Sus ojos leen la eternidad
Sus manos abren la puerta de las estrellas desconocidas
Y él espera arriba de la escala
Él solo ante el absoluto
Un astro gira
Una campana suena
Una campana lanza sus dados sobre los destinos
Entre los hombres
Descienden pasos al fondo del alma
El azar cae sin emoción de los dedos celestes
Los arroyos desembocan en el corazón
Los ríos desembocan en los ojos
El infinito en la palabra
La palabra desemboca en la boca
En la lengua donde el cielo se acuesta
La eternidad se escapa por la ventana
Un misterio se realiza en el espacio
Los lazos se rompen los mares se desatan
Un mundo nuevo va a nacer
El pecho el azar la eternidad
El aliento del poema alumbra el incendio de los cielos
que al fin han comprendido su verdad
en El ciudadano del olvido, 1924-34
(Fuente: Descontexto)
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