lunes, 28 de mayo de 2018

Darío Jaramillo Agudelo (Colombia, 1947)



Fragmentos de “Gatos”


*
La luna dora los techos.
Inesperadas, aparecen las sombras de los gatos.
Son tan sigilosos
que son solamente sus sombras.
Ellos ven todo sin ser vistos
y todo debe estar quieto mientras se mueven
para que ellos puedan sentirse inmóviles,
los gatos, sus sombras.
 
*
Nube en forma de gato:
gato que come lunas,
sigiloso carnívoro del cielo,
disfrazado de nube
o embozado en lo oscuro,
gato que devora estrellas.
Agazapado, vigila las órbitas
y las engulle en la noche,
gato que come lunas.
 
*
Estados de la materia.
Los estados de la materia son cuatro:
líquido, sólido, gaseoso y gato.
El gato es un estado especial de la materia,
si bien caben las dudas:
¿es materia esta voluptuosa contorsión?
¿no viene del cielo esta manera de dormir?
Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin tiempo?
Cuando el espíritu juega a ser materia
entonces se convierte en gato.
 
*
No son de este mundo,
los gatos no son de este mundo,
pasan de puntillas,
observan en la oscuridad,
espían para Dios o el diablo,
hacen pereza aburridos de este mundo,
los gatos: invasores, testigos.
 
*
Aletargados en perpetua siesta
después de inconfesables andanzas nocturnas,
desentendidos o alertas,
los gatos están en la casa para ser consentidos,
para dejarse amar indiferentes.
Dios hizo los gatos para que hombres y mujeres
aprendan a estar solos.
 
*
Sabiduría del gato:
hacer pereza todo el día sin llegar nunca al tedio.
Materialización del gato:
cuando el gato se convierte en materia, saca las uñas.
Astucia del gato:
fingir que es un animal doméstico.
Silencio del gato:
los gatos guardan todos los secretos de la noche.
Misterios del gato:
todo en el gato es misterioso.
*
Unos encarnan a Dios en un gato y profesan
el gateísmo.
Otros creen que cada gato es un Dios y son
gatólatras.
Unos y otros ven un lado de la misma moneda.
Todos ignoran que Dios duerme la siesta
desde toda la eternidad
y que los gatos de esta tierra
son dioses mientras duermen.
 
*
Se necesita maña y constancia
para que un gato se deje acariciar.
A veces condesciende
solamente porque los gatos son buenos amos.
 
*
Soy gato.
Cuando más me parezco a lo que soy
es mientras duermo.
Este es un secreto nunca revelado:
despiertos, los gatos no somos gatos;
entonces vienen los ángeles de la guarda
a moverse en la oscuridad entre los cuerpos de los gatos.
En esos momentos yo no existo.
 
*
Para los gatos Dios hizo a los hombres,
mal llamados amos,
hizo también a los otros gatos,
en un momento de euforia los creó, bendito sea,
y para placer y tortura de los gatos
inventó Dios el olor a pescado,
el instante sublime en que abren en la casa una lata de atún.
Para los gatos Dios hizo el pescado y el olor a pescado,
para los gatos la noche,
para ellos la pereza,
para los gatos hizo Dios todo.
 
*
Cuando un gato se mueve
parece que nunca hubiera estado quieto.
Cuando un gato está inmóvil
parece que le fuera negado el movimiento.
Mientras juega, el gato pide música.
Dormido o al acecho,
el gato es el silencio mismo.
 
 
 
 
 
(Fuente: El hombre aproximativo)
 
 
 
 
 
 
 
 

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